Empire I ( Metamorphosis ) [ Finalizada ]

Episodio 39

Lauren arrastró la mano de la rubia de entre sus piernas y mantuvo un agarre en su muñeca, sosteniendo la mano que buscaba lejos en su cuerpo. Cuando se echó hacia atrás por una fracción de segundo, Camila vislumbró el brillo carmesí de sus ojos y sus brillantes incisivos blancos. Su expresión era de hambre desenfrenada y feroz necesidad. Lauren hundió su boca contra el cuello de la rubia.

- ¡Oh, Dios mío! - gritó la rubia, sacudiéndose como si estuviera electrocutada. - Oh, Dios mío, me corro. Ohhhh, me corro.

Sus caderas se agitaron violentamente, sus dedos apretando y cerrando, incapaz de romper el agarre de contención de Lauren. El hombre, perdido en el furor, gimió y se quedó rígido. Camila registró la expresión de éxtasis en el rostro de la rubia mientras sus gritos daban paso a gemidos, pero Lauren era el foco de su atención. Los ojos de Lauren se cerraron lentamente mientras ella se alimentaba, su garganta trabajando convulsivamente. Sus largos y esbeltos dedos temblaban en el pecho de la rubia. Su pelvis se sacudía cada vez que tragaba. Ella se estaba corriendo.

Cada vez que la sangre de la rubia la llenaba, se retorcía con otro espasmo orgásmico. Camila se aferró a la puerta y su clítoris se agitó. Los sonidos, los olores, la visión de Lauren esclava de la sangre eran tan emocionantes que pensó que podría correrse. Se imaginó deslizando su mano por la pálida y esculpida superficie del abdomen de Lauren y sosteniendo su sexo mientras ella se corría en agitadas ola tras ola.

El sexo de Camila se contrajo con una serie de rápidos disparos de orgasmos cercanos, y sus piernas se doblaron. Sólo su agarre mortal en el marco de la puerta la mantenía erguida. Lauren oyó un gemido estrangulado desde la dirección del vestíbulo y apartó la boca de la garganta de la rubia. Ella lamió las punciones cerradas.

- Oh, no te detengas. - La rubia agudizó, agarrando la cabeza de Lauren cuando Lauren soltó su muñeca. Trató de llevar la boca de Lauren al cuello.

- Se siente tan bien. Tan bueno. No te detengas. Toma más.

- No. - dijo Lauren con los dientes apretados.

Su sexo seguía latente, todavía tenía hambre, pero tendría que tomar al hombre si quería seguir alimentándose.

La rubia había dado suficiente, y aunque Lauren estaba segura de que la pareja estaría feliz de volver a acoplarse mientras se alimentaba de él, estaba más interesada en la mujer que estaba en la puerta. Se soltó de las manos agarrotadas de la rubia y se sentó en el lado de la cama, agarrando el colchón mientras sujetaba su persistente sed de sangre.

Cuando ya no temblaba de hambre, miró a Camila. Había sabido que Camila estaba allí desde el momento en que había llegado, había olido la creciente excitación de Camila mientras la miraba. Cuando Lauren finalmente se alimentó de la rubia, había llegado al clímax en el calor de la esclavitud de la sangre con la esencia de Camila inundando su conciencia.

- ¿Divirtiéndote? - Pregunto Lauren y Camila jadeó, su expresión sobresaltada, como si hubiera sido despertada de un sueño.

- Tengo que hablar contigo. - Tartamudeo Camila.

- ¿Eso es todo? - Dijo Lauren y Camila respiró profundamente y trató de controlar su cuerpo fuera de control.

Jesús, ¿qué había pasado? No podía creer que se hubiera quedado allí viendo cómo tres extraños tenían sexo y casi se había corrido en el proceso. Seguía viendo las refinadas facciones de Lauren Jauregui contorsionarse con la necesidad, y luego la increíble belleza de su placer mientras ella se corría, una y otra vez, mientras se alimentaba. Camila nunca antes había visto algo tan poderoso, y no podía evitar imaginar cómo debía sentirse el foco de esa ferocidad. Su vientre se calentó con la imagen y se encontró luchando para limpiar su cabeza una vez más.