━━❝Ellie, corriste demasiado, es hora de esconderte❞
Después de un año muy turbio, comienza nuevamente con confusiones, dolores del corazón, muertes casi seguras y pendientes que resolver.
Ellie Prewett 02
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Capitulo ocho: Nada Termina Bien.
Estamos en el comedor, aparentando que somos una familia feliz. Harry en este caso toma el papel del hijo preferido, los demás somos rellenos.
No parece tan graciosa la escena después de todo, se trata más bien de algo serio.
Harry sigue enojado pero se esfuerza por ocultarlo, mientras tanto los adultos presentes actúan como si nada hubiera pasado.
Creo que el ambiente de esta noche es muy fingido.
Aún así ni Harry ni mis primos perdieron oportunidad en ver qué rescataban de información, agrandando los ojos y oídos esperando que algo este fuera de lugar para enterarse de lo que sea.
Cuando llegamos al comedor, fue inevitable no ver el gran pergamino que se postraba en el centro del comedor. Puede que varios de nosotros nos hayamos quedado unos buenos segundo observando lo que parecía planos de edificios.
—No entiendo por qué no quitan todo esto después de que terminen las juntas —regaña la tía quitando el pergamino para dárselo a Bill que recogía otros más —. Llévate eso de aquí.
Creo que se dió cuenta de nuestras intenciones.
Mi primo mayor hace un movimiento de varita y los planos desaparecen de sus manos.
—Chicos, ayúdenme a poner la mesa.
Los Weasley yo comenzamos a meter nuestras narices en la cocina mientras que otros comienzan una charla sobre presentaciones y otras cosas.
Fred y George se han estado diviertiendo tanto con la magia, ahora que pueden utilizarla fuera de la escuela, la ocupan para cada mínima cosa. Ya sea levantar un plato, un tenedor.
—No hay porque perder el tiempo —me dice George con una sonrisa, alzando la jarra de cerveza de mantequilla con la varita.
—Si tienes magia. Todo es más fácil, mira —Fred hace flotar la canasta de panecillos hacia la mesa.
Todos ignoran el hecho de que hay comida flotando por sus cabezas, excepto la señora Weasley que se pone roja de la furia por ver a sus dos hijitos jugando.
—¡Fred, George! —reprime una vez que los ve con las manos en la masa mejor dicho en las varitas —¡Dejen de usar magia! ¡No es necesario utilizarla todo el tiempo!
—Pero si es para eso —se excusa Leah.
Mala idea. Luego la tía entrecierra los ojos hacia su dirección.
—Leah, querida ¿Por qué no vienes y me ayudas con los cubiertos?
Leah tiembla de repente y se para a regañadientes, pero Tonks la interrumpe.
