━━❝Ellie, corriste demasiado, es hora de esconderte❞
Después de un año muy turbio, comienza nuevamente con confusiones, dolores del corazón, muertes casi seguras y pendientes que resolver.
Ellie Prewett 02
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Capitulo dieciocho: Problemas Románticos.
—¿Vas a explicarnos? —me pregunta Hannah una vez que entramos al gran comedor.
Ella y Susan me toman por los brazos, mientras que Ernie y Justin corren detrás de nosotras para alcanzarnos. Como si fuesen una especie de guardia oficial.
Por un segundo casi hasta me siento importante como el mejor amigo de mi primo.
—Es que fue un accidente —excuse.
Cuando llegamos a nuestra respectiva mesa, cogemos asientos en el medio y comenzamos el modo cotilleo en lo que entran los compañeros que faltan.
—Todos están hablando de eso y paso en menos de una hora antes de entrar oficialmente a Hogwarts —insiste Ernie con intriga — ¿Que ocurrió exactamente?
—Cada que estás con los Slytherin te metes en problemas —informa Susan, un poco temerosa hacia la mesa de serpientes. Que igual voltean intrigados.
Y no les culpo, aquella escenita sucedió enfrente de miles de alumnos y varios habían tenido la exclusiva.
Suspiro profundamente antes de hablar.
—No sabía que Logan Crackfford y Leah Smith tendrían una disputa. Mucho menos enfrente de Cedric. ¡Fue tan vergonzoso!
—¿Desde cuándo tu y Leah Smith son amigas? —esta vez habla Justin jugando con el salero del comedor —No recuerdo haberlas visto platicar.
Vaya, la gente si que está atenta.
—Ya se los dije, estuvo con nosotros en casa.
—A mi no me dijiste nada —reprocha Hannah cruzada de brazos —Como tampoco me platicaste el motivo por qué ya no hablas con Cedric.
Ya no recordaba lo imprudente que podía ser esa niña.
—Te lo contaré más tarde en el dormitorio.
—¡No! Enserio dime, solo lo tienes que saludar y ya, es muy fácil ¡Mira! —Hannah alza su mano para llamar la atención de algunos Hufflepuff.
El grupo de sus amigos y demás admiradores están unos pasos más al fondo, platicando y haciendo cualquier tontería para mantener al chico de Oro entretenido. Quien sonríe con una presencia divina.
Pero en lugar de enamorarme aún más, me hace querer llorar y detengo a Hannah, jalando su brazo para suplicar que pare.
—No hagas eso, Hannah, te lo diré después pero no lo hagas. No debe prestarme atención.
