D a g g e r { m.w }

17 // Dagger file

Mientras el viaje de los niños continuaba ya muy afuera de el pueblo, dentro de este, la casa de los Mitchell Whistle estaba casi vacía, como era casi siempre todas las mañanas.

A excepción de dicha rubia, EmiliaEsta se encontraba sola en su habitación. Josh trabajaba, mientras que Charlie andaba por algún lado de la ciudad Dios sabe haciendo qué.

La mujer estaba en aquella pequeña oficina que los poderes de Camila habían construido solo para ella, en donde, como ya se había dicho, habían diversos documentos y papeles.

Sentada en la silla giratoria de el lugar, ella mordía un lápiz pensativamente, perdida en todo lo que se le cruzaba por la cabeza.

" Ay Dios...no por favor. Es que si es así...estamos en peligro. Pero Brenner nunca me habló de eso...Ay vamos ¿qué me va a decir Brenner a mi? ¡DEMONIOS! "

Emilia suelta un pesado suspiro dando una vuelta en la silla quedando frente a frente con todos aquellos folders, escupe el lápiz dejando este en algún lado de el escritorio.

Tomó uno de los documentos, sabiendo exactamente lo que contenía este, y luego lo abrió.

Lo primero que había era una foto. Era ella, en uno de los salones de aquel laboratorio, concentrada en el tubo de ensayo que había en sus manos, cuyo contenido era un líquido de un puro color rojo sangre.

Emilia aprieta sus labios viendo a aquel líquido, aquel que tanto problemas le trajo, pero al final, también una familia.

-Oh Dios...-susurra recordando aquellos pasados días.

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-¡Te lo digo Josh, este suero....! Este suero me conseguirá un trabajo en el laboratorio ¡te lo aseguro!-hablaba aquella jóven Emilia con bastante emoción.

-Esperemos que si, Em. Siempre has querido trabajar en ese estúpido laboratorio-bufa algo divertido.

-No es estúpido-dice alzando sus cejas.

-¿Pero por qué en este de Hawkins? Si tan bueno es el suero como dices, ¿por qué no te vas a un lugar donde si te tomen enserio? New York, Londres-enumeró el ojiazul.

-Esos lugares ya tienen científicos-sonríe Emilia-. Quiero ayudar a Hawkins. Es que, piénsalo, que todo inicie aquí...-dice bajo la fija mirada de el hombre-...Ya no más enfermedades-susurra con toda la ilusión de el mundo.

Al oír aquella emoción en la rubia, el castaño inevitablemente comienza a sonreír.

-Enséñame lo que puede hacer-pide refiriéndose a aquel líquido rojo.

Emilia forma una enorme sonrisa.

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Emilia aprieta sus labios tristemente.

-Estúpida-murmura para sí misma.

Bajo la foto, en una letra perfectamente escrita por una máquina decía con claridad:

"   Suero Mitchell West - 1976
     Emilia Mitchell, científica
     1977                                            "