La castaña lo voltea a mirar con sus labios fruncidos, confundida y molesta.
-¿Quién es ella?-
El pelinegro suspira, girando su cabeza para ver, a lo lejos, la chica que reía y saltaba por todo el lugar.
-Ella es Dagger...la que lo cambió todo-
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《 O h i o 》
En una nueva mañana apreciada por toda América, en un lugar bastante específico de esta la brisa soplaba con suavidad y calidez.
Ahora estamos en Ohio, precisamente en el pueblo de Celina.
El sol brillaba con normalidad, al igual que como las personas que estaban en la calle. Comprando, divirtiéndose, comiendo, resolviendo problemas. Simplemente siendo personas.
Pero mientras unos estaban en las calles, como anteriormente mencionado, otra parte de la población de Celina se encontraban felizmente acomodados en sus cálidos hogares.
Y entre estas personas, se encontraban unas en especial.
Una mujer castaña con el pelo recogido hizo una pequeña mueca con sus sellados labios, sirviendo el huevo revuelto recién hecho en tres distintos platos. Al estar servidos, ella dejó el sartén de lado y alzó las cejas volteando su mirada.
-¡Will, El, a desayunar!-vociferó moderadamente.
Hubieron segundos de silencio, y luego se comienzan a escuchar calmados pasos acercándose a la cocina.
La mujer volteó, justo en ese instante un chico de ojos verdes y una chica de cabello castaño se sientan en la mesa del comedor mirándola a ella.
-Heeey-sonríe llevando los platos hacia ellos, para después sentarse por igual-Buen provechó-alzó sus cejas hacia ambos. Ella es Joyce Byers.
-¿y Jonathan?-pregunta el ojiverde, el hijo de Joyce, Will Byers.
-Lo vi yéndose temprano-comenta la castaña en dirección a él, con sus profundos ojos marrones.
Jane, Eleven.
-Oh si, hoy tenía que llegar más temprano porque debía ayudar en algo-informa Joyce hablando de su otro hijo, Jonathan, ya universitario.
-Okey-susurra Will asintiendo con una pequeña sonrisa, concentrándose en su plato.
Sin más, esas tres personas dejaron la pequeña charla, y bajaron sus miradas hasta la comida, empezando a desgustar esta con toda la calma de el mundo.
Hace tres meses, en septiembre, la familia Byers se había mudado de Hawkins, llevándose con ellos a la nuevamente huérfana Eleven.
Ahora vivían en Ohio, y con el tiempo se han acostumbrado un poco. El pueblo es uno calmado y tranquilo, todo lo contrario al otro en Indiana, donde tadas pesadillas habían vivido.
