La castaña lo voltea a mirar con sus labios fruncidos, confundida y molesta.
-¿Quién es ella?-
El pelinegro suspira, girando su cabeza para ver, a lo lejos, la chica que reía y saltaba por todo el lugar.
-Ella es Dagger...la que lo cambió todo-
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La garganta de Camila casi sangró, cuando ella soltó el grito más fuerte, agudo, doloroso y aterrado de su vida.
-¡¡AAAAAAAHHHHH!!-
Al ese grito salir, el niño desapareció de golpe al igual que Diane.
Inevitablemente, aquel potente alarido despertó a todos en la habitación, e incluso, en la casa.
Ellos despertaron de golpe, asustados, buscando al instante la fuente de aquel aterrador chillido.
Camila no se tapó la boca mientras se levantaba de la cama llorando y caminando con rapidez a la puerta.
-¿Ca- ¿¡Camila!?-, Mike deja toda confusión atrás al verla en aquel estado.
-¡Cami!-llamó una consternada Max empezando a desenvolver las sábanas que había sobre su cuerpo.
Con la cara hecha un manojo de llanto, Camila abrió la puerta y salió al pasillo desesperadamente. Al mismo tiempo, Charlie salió corriendo de su habitación y, desde que la vio, corrió hacia ella atrapándola en sus brazos.
La rubia soltó un ahogado chillido aferrándose al cuerpo de su hermano mayor y llorando este sin ningún tipo de consuelo. El ojiazul, incrédulo y preocupado, la abrazó con aún más fuerza.
-Ha-Harvey...Diane-susurra sin sentido soltando lágrimas tras lágrimas.
A unos pasos tras la espalda de Charlie, Emilia tenía sus cejas curvadas viendo con total preocupación hacia allá. En la puerta del cuarto del chico, Robin estaba asomada de la misma forma que todos: preocupada.
De la otra habitación salieron los restantes. Max, junto a los demás, salieron con sus respiracio es aceleradas y observando fijamente al medio del pasillo, donde Camila aún lloraba en el pecho de Charlie.
Mike sintió sus labios volverse tembloroso, viendo llorar a su novia por una incontable vez. Soltó un fuerte y pesado suspiro, harto de verla así.
-Camila-susurró Em acercándose a sus dos hijos con un paso lo más calmado posible, para no alterar a la chica.
La mencionada afligió su garganta, sabiendo de antemano que en aquel momento todos los ojos estaban colocados sobre ella. La rubia traga duro, luchando por calmar su llanto. Lentamente se separa del pecho de Charlie, encontrándose con aquel par de preocupados ojos azules.
Emilia apretó su boca, mirándola con una desbordante consternación. Pero, a pesar de esto, mantuvo la calma.
La rubia adulto tomó aire alzando su mirada hacia los demás, estos lo miraron a ella, esperando que diera alguna clase de orden. Porque, sinceramente, nadie sabía que hacer. Recién despertaban.
-Vamos a la cocina-susurró Em, para después atrapar en uno de sus brazos a Camila, dirigiéndose a las escaleras junto a ella y Charlie.
Los demás tan solo asintieron, siguiéndolos al instante con acelerados pasos, temerosos de quedarse solos.
