La luna ya había abandonado toda Europa, ahora se encontrando visitando América y otras islas, mientras que el Sol ya había nacido nuevamente en el primer continente mencionado, el europeo.
A las 8 con 15 minutos de la mañana, Roma, Italia, ya era iluminada por un fresco y cálido sol, aún posado en un horizonte del cielo, faltando algunas horas para que este se encontrara en la cima de la atmósfera.
Los rayos de dicho sol habían empezado hace rato a colarse por las ventanas de la casa, pero ahora era que todos los empezaban a sentir y, por ende, a despertar.
Sintiendo un suave reflejo en la cara, el cuerpo de Mike Wheeler comenzó a moverse incómodamente de forma casi inconciente, despertando. Soltando un bajo gruñido, empieza a abrir sus ojos en una completa lentitud.
Sus marrones perlas fueron iluminadas por este dulce rayo dorado que le daba justo en la cara, volviendo sus ojos más claros de lo que eran. Parpadeó varias veces, acostumbrándose a la luz.
Movió su cabeza, causando que dicho rayo dejara de darle. Observó alrededor, asustándose por unos pocos segundos, pero luego recordó. Estaban en Italia.
Suelta un pequeño suspiro viendo como todos sus amigos aún dormían. Lucas y Max a un lado de él en la misma cama, abrazados, con la pelirroja acurrucada en el pecho del moreno.
Al instante, el poblado ceño de Mike se frunce de golpe, volviendo a alzar su mirada. En la cabeza de todos, variedad de tonos castaños casi idénticos, pero ninguno rubio.
-¿Y Camila?-murmura para sí mismo, parándose al instante y sintiendo como el corazón se le aceleraba en preocupación.
Dirige su mirada al balcón sin encontrar ningún rastro de ella, se giró de golpe hacia el baño abriendo la puerta de este de golpe.
Sus marrones cejas se alzaron, y sus labios se entreabrieron, mientras que el corazón se le calmaba al instante. Encontrándose con una Camila, en ropa interior, acostada sobre su propia ropa y con una relajada expresión mientras dormía, al parecer con bastante comodidad a pesar de estar en el frío suelo, babeando.
Algo confundido, ingresó por completo al baño empezando a hincarse frente a ella, colocando una mano en la espalda de la chica.
-¿Camila?-susurró.
Y ella, de un momento para otro, siente una cálida y suave presión en su espalda. Eso hizo que comenzara a sonreír mientras abría sus soñolientos ojos.
Se encontró con unos descalzos y largos pies, y cuando subió su mirada, se encontró con unos tiernos pero al mismo tiempo divertidos ojos marrones. Al verlo, la sonrisa de la rubia se ensanchó.
-Mike...-murmura con un dulce tono, él suelta una pequeña risa.
-Mi vida, pero ¿por qué diablos dormiste en el baño?-preguntó, sin poder ocultar una divertida sonrisa.
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D a g g e r { m.w }
FanfictieLa castaña lo voltea a mirar con sus labios fruncidos, confundida y molesta. -¿Quién es ella?- El pelinegro suspira, girando su cabeza para ver, a lo lejos, la chica que reía y saltaba por todo el lugar. -Ella es Dagger...la que lo cambió todo-