(***)
El sótano era un caos, había mucho ruido en el, y una que otra queja de parte del castaño.
—¿Dipper, seguro estas bien? —Preguntó preocupado por sobrino. Hace algunas horas que Dipper estaba algo furioso.
El castaño se recargo en la mesa llena de cosas metálicas con formas raras, su cabello caía por su cara y se notaba lo nerviosos y enojado que estaba el Gemelo. Ford se sentó en una silla vieja que tenía en un escritorio, justo al frente de donde estaba ubicado el de Dipper.
—Es______, Siempre llevándome la contaría. —Gruñó el Castaño. Ford miró confundió a su sobrino, ya que no comprendía el origen a la frustración que tenía hacía hacia la azabache— Gideon fue a molestarnos, otra vez. Le dije que no le mencionara su nombre, pero cómo es tan terca, se lo dijo. El es peligroso.
Ford se recargo en su escritorio con diversión, sabía que a Dipper no le gustaba que no hicieran lo que él decía. Se levantó y posó sus manos en los hombros de Dipper.
—Ya hijo. Tienes que saber que no todos harán lo que tu quieras, además, ella no sabe lo que realmente hay en este pueblo. —Dipper entro en razón. El tío Ford tenía toda la razón, ella no tenía idea de lo que vivieron veranos atrás—. Y es mejor que se mantenga así.
Le dio una sonrisa cálida a su tío, en forma de agradecimiento. Ford le devolvió la sonrisa y salió del lugar en busca de un café, Dipper se dirigió a uno de los estantes y toma un libro viejo y antiguo cubierto de polvo.
Lo examina unos momentos con seriedad, recordó todo lo que vivió cuándo tenía trece años, cuando todos lo veían como un débil lucho obsesionado por los misterios de ese pueblo. Dejó el libro en la repisa más oscura y susurro;
—Nadie puede encontrarte, mucho menos______. —Desvío la mirada con algo de tristeza—. Nos odiaría si sabe que le mentimos y ocultamos algo, ella odia las mentiras.
Mientras tanto.
Una azabache recorría toda la cabaña como una espía ultra secreta. Como una de las películas de súper espías que le gustaban.
Entraba y salía de cada habitación que encontraba, pasando un millón de veces por la máquina de comida junto a la habitación de Stan. Soltó un suspiro de cansancio al no tener éxito en su larga búsqueda, se sentó en el porche de la casa junto a unos Chester que Mabel había comprado ayer.
Se echó uno a la boca, observando el bosque y el cielo naranja qué lo hacía lucir como una bella pintura hecha por la mano tan delicada de un pintor, sonrió inconscientemente, a la chica le encantaba la naturaleza. En donde ella vivía, no se lograba ver tanta naturaleza, claro era la ciudad.
Una vez que terminó de comer sus Chester, arrugó el papel y lo lanzó al basurero, pero este cae a un costado del basurero, la oji verdes Bufa al ver que su puntería era un asco. Se levanta con pereza, recoge el papel y lo tira a la basura, cuando se da vuelta se queda estática al ver aquella cabellera castaña que no esperaba ver en ese momento.
El chico al darse cuenta también se queda parado mirando a la azabache, está baja la mirada y pasa de largo, pero un agarre en su mano hace que pare en secó. La azabache se voltea viendo a su primo, este la observaba con algo de pena, lo cual dejo confundía a su prima.
Sin previo aviso, el castaño la abraza con cariño, esta queda en un repentino estado de shock, sus ojos se perdieron en el paraíso, ¿Se le habrá quitado el enojo? Se preguntó mentalmente la femenina.
—Siento haberme enojado contigo, no sabias lo que ese cretino nos hizo. —La chica se limitó a poner sus brazos en su espalda enrollándolos en ella.
—Está bien, no me he enojado. —Rió cuando se separó del Abrazo.
Stan miraba por la ventana cada acción que hacían sus sobrinos, Bill quién veía absolutamente todo se quedó mirando con el ceño ligeramente fruncido. Pino. Siempre tratando de ser perfecto, como si nunca hubiera cometido un solo error.
Pero una sonrisa cínica se formó en sus labios, recordó ver a la azabache entrar y salir de cada habitación, eso le hacía sentir bien. Sabía que la chica se estaba en cariñando con él, su plan saldría como el lo planeo.
Después de todo, el sabía a la perfección todo sobre ella, incluso el más mínimo secreto. Ella era un punto fuerte para su escape, pero a la vez un serio problema.
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M ᴇ ɴ ᴛ ɪ ʀ ᴀ s [#1] ©
Fanfiction𝘾𝙤𝙢𝙥𝙡𝙚𝙩𝙖 ✔️ Los sueños son el mejor analgésico, sobre todo cuando quieres escapar de la realidad. Harías lo que fuera, incluso si un extraño demonio te ofrece un trato bajo dulces mentiras. #1 - 𝗚𝗶𝗱𝗲𝗼𝗻 |04/09/2020| #1 - 𝗣𝗮𝗰𝗶𝗳𝗶𝗰...