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¡Que te jodan!

Un fuerte impacto se escucho por toda la casa. La azabache se tapo los oídos, mientras las lágrimas escapaban de sus ojos. Su cuerpo se encontraba arrinconado en la habitación, tratando por todos los medios posibles de no escuchar nada.

¡Eres una Perra! ¿lo sabías? —Un grito proveniente de un hombre se escucho.

¡Si no fuera por nuestra hija, ya te hubiera dejado! —Grito de vuelta la mujer— ¡Sabes perfectamente que su situación es crítica y vernos así le hará daño!

¡Y al parecer no te importa! —Volvió a gritar el hombre amenazante— ¡Porque si fuera así, dejarías de meterte en la cama de ese Estúpido!

Los gritos se detuvieron unos segundos. La azabache se mantenía en la misma posición, su cabeza dolía, el típico cosquilleo en sus dedos había vuelto. Respiro agitadamente, y sentía que perdería el control en cualquier momento.

¡Tú hiciste lo mismo, y sabes que Alonso es mucho mas hombre que tú! —Respondió la mujer luego de unos minutos.

¡Pues vete con el Maldita perra, yo deje a María por nuestra hija! —Miró con rabia a la mujer frente de él— ¡puedo cuidar a_____ yo solo!

¡Es mi hija, y no pienso dejarla con alguien como tú!

Un fuerte grito se escucho en la parte de arriba, ambos adultos se alteraron. Subieron escaleras arriba y abrieron la puerta de la habitación de la chica, sus ojos se abrieron como platos al presenciar la escena.

La niña de catorce años, se retorcía del dolor mientras apretaba su cabeza. Desde que las discusiones entre sus padres iban en aumento, la chica comenzó a tener una depresión anormal según los psiquiatras.

Los adultos se acercaron rápidamente a la chica sosteniéndola en sus brazos, tratando de hacerla entrar en razón.

¡_____Cariño, intenta tranquilizarte! —Dice claramente preocupada su madre, su cara se encontraba llena de lágrimas.

Respira y exhala hija... —Dijo el hombre notoriamente preocupado y al borde del llanto.

Repentinamente las luces comenzaron parpadear, a pesar de que la mayoría estuvieran apagadas. Este fenómeno solía suceder, todos creían que solo eran problemas de corriente, cuando en realidad, la azabache los provocaba inconscientemente mientras tenia algunos de sus ataques de pánico.

No, porque ahora... —Exclamo el padre, refiriéndose específicamente a las luces.

La azabache intento respirara normalmente, pero le era imposible mantener el ritmo cuando las fuertes punzadas atacaban su cabeza. Entre abrió sus ojos, viendo las siluetas de sus padres completamente borrosas, sus bocas parecían moverse, pero no podía escuchar con claridad lo que decían.

Sus ojos volvieron a cerrarse.

Sus ojos volvieron a cerrarse

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(***)

_____Abrió sus ojos asustada. Observo a su alrededor con miedo, su respiración era irregular y su cuerpo estaba bañado en sudor. Soltó un suspiro antes de volver a tirarse en la cama.

Solo fue otra pesadilla, una de las tantas que solía vivir.

Cuando ya estuvo más calmada, se levanto y camino hasta el baño, retiro las prendas que le estorbaban, para meterse en la tina con un aura relajante.

Cerró los ojos con lentitud, la imagine de Bill apareció de golpe alterando a la oji verde, quien abrió sus ojos bruscamente y casi hundiéndose en la tina. Se toco la cabeza confundida, no sabía exactamente qué es lo que le pasaba.

—______, ¿Estas adentro? —La dulce voz de Mabel se escucho del otro lado de la puerta.

Trato de respirar lo más normal que podía, llevaba dos meses lejos de sus padres ¿Por qué sentirse así ahora?

—Si Mabs, estoy aquí. —Comento la oji verdes volviendo a la normalidad.

—¡Bien. No demores, el desayuno ya está listo! —Los pasos de la castaña se alejaron de la habitación.

Salió de la ducha, tomo una toalla para secar su cuerpo y luego vestirse con una polera larga holgada. Short negros que eran tapados por la polera, unas calcetas algo altas y unas zapatillas deportivas.

Dejo su cabello mojado, y salió de la habitación para ir rumbo al comedor.

Todo el desayuno fue normal y alegre, era como si nunca hubiera ocurrido lo sucedido con Bill días atrás, todo parecía tan irreal ante sus ojos. Si tan solo su vida fuera menos complicada, quizás, solo quizás las cosas hubieran sido diferentes, sus padres, Bill y todas las personas que la rodeaban.

—Permiso... —Comento la azabache para abandonar la sala rápidamente una vez termino.

La familia Pines observó como la silueta de la adolescente se perdía en el pasillo.

Su cuerpo comenzó a temblar, una desesperación inexplicable apareció recorriendo todo el cuerpo de la chica. Una vez en su habitación, se sentó en su cama con la respiración acelerada.

¿Qué diablos le estaba pasando? ¿Era obra de Bill?

Cerró fuertemente los ojos tratando de calmarse y cuando lo logró, los abrió. Varios objetos cayeron de golpe al suelo, dejando a una azabache completamente confundida.

—Q-Que mierda... —Exclamo_____, sin lograr entender que fue lo que paso.

Muchas ideas cruzaron por su cabeza, pero solo negaba con la cabeza quitándole importancia. Lo que fuera, no le gustaba para nada.

No le agradaba ese sentimiento de desesperación que recorría su cuerpo, levanto las cosas con cuidado sin percatarse que una Mabel muy preocupada la observaba desde el marco de la puerta.

—_______. —Pronuncio la castaña. La nombrada se da vuelta rápidamente, observando a su prima. La había asustado.

—M-Mabel... ¿Qué haces aquí? —Pregunto nerviosa.

Sus miradas se cruzaron, Verde contra Café, los nervios estaban carcomiendo a la azabache por dentro.

—Estuviste extraña en el desayuno y vine a ver que te ocurría. —Dijo acercándose a su prima con seriedad, era raro ver a Mabel de esa forma y he de admitir que si intimidaba—. Y quiero la verdad.

____Trago saliva. Como iba a decirle algo que ni ella misma sabía. Y era muy notorio que no sabía disimular para nada.

—No lo sé, solo me he estado sintiendo extraña. —Comento la azabache, cabizbaja.

—Extraña, ¿Cómo? —Insistió.

Hablarle de esto, quizás hará que se asuste o algo así, no quería ser tachada de "Fenómeno" Pero era su prima, podía confiar en ella.

—Y-Yo creo... —Hizo una pequeña pausa. La castaña observaba atentamente a la chica en frente suyo— Que tengo telequinesis.

Y la habitación por unos minutos, se sumergió en un profundo silencio.

M ᴇ ɴ ᴛ ɪ ʀ ᴀ s [#1] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora