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(***)

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(***)

La azabache se quedo observando el cielo nublado, aquel color opaco daba un aura fúnebre y escalofriante. El viento movió su cabello agresivamente, sus ojos mostraban tristeza y culpa. Pero, ¿Quién no se sentiría así, después de semejante traición?

—Aquí estas. —La voz de pacifica hizo que la azabache saliera de sus pensamientos.

Se volteo mirando a la rubia, esta tenía una sonrisa de oreja a oreja, en sus manos se encontraban un plato con comida, podía verse el humo salir de este mismo. La oji verdes sonrió, aunque esta no era sincera del todo, debía ser fuerte, por su familia.

La rubia extendió el plato caliente hacia la azabache, la cual sonrió y recibió gustosamente la comida. Sus manos inmediatamente se calentaron al tener contacto con el plato caliente.

Sus ojos miraron el plato, una sensación amarga le recorrió la garganta. Cerró los ojos sintiendo como todo a su alrededor comenzaba a darle vueltas, sus manos temblaron y el cosquilleo volvió a sus dedos, rápidamente extendió el palto hacia la rubia, quien tuvo que agárralo antes de que se callera.

—______, ¿Qué te ocurre? —Pregunto algo alterada la rubia.

Lejanos susurros se escuchaban alrededor de la azabache, no entendía lo que le decían, pero no quería escucharlos. Sentía que su cuerpo iba perdiendo el equilibrio y que en cualquier momento se desplomaría sobre el suelo.

Por alguna razón desconocida, uno de sus ojos comenzó a dolor, lo que altero a la rubia, quien dejo el plato sobre un tronco y se acerco a la azabache para ayudarla. Varias cosas a su alrededor comenzaron a elevarse, cosa que no paso desapercibida por la rubia, sus ojos estaban hipnotizados por lo que presenciaban.

"—Tu poderes fueron dados por una razón..."

La azabache negó mientras seguía agarrándose su ojo derecho. Tenía miedo, miedo de escuchar lo que esa voz iba a decir, inconscientemente sabía lo que diría y se negaba a creerlo.

"—Naciste para derrotar a el demonio, Bill Chiper."

Y su cordura se rompió en ese preciso momento.

Un grito desgarrador escapo de los labios de la azabache, los arboles comenzaron a salir de raíz. Los crujidos que provocaban, asustaron al campamento y a la rubia quien retrocedió asustada

No solo por el hecho de que los arboles estaban siendo arrancados de sus raíces, sino más bien por el hecho de que los ojos de la azabache estaban en un blanco puro y tenían un destello del mismo tono. Una fuerte ráfaga de viento envolvió el lugar, Stan observaba impresionado el lugar donde los arboles estaban volando, su sobrina estaba ahí, y sabia a la perfección que eso lo provocaba ella.

—¡_____, Tienes que calmarte! —Grito la rubia. Se aferraba a un tronco que no había sido arrancado, el viento tenía intenciones de llevársela—. ¡Por favor, Tu tío esta cerca, puedes lastimarlo!

Los gritos cesaron y la chica giro su cabeza observando a la rubia aun con sus ojos con el destello blanco. El viento se detuvo, el destello desapareció y el cuerpo pálido de la azabache se desplomo en el suelo, respirando de manera irregular.

Pacifica reacciono al instante, se acerco a la azabache y la subió a su espalda como pudo, no tenía la fuerza suficiente. A los pocos segundos los del campamento llegaron y acudieron a la ayuda de la azabache, quien tenía las mejillas coloradas y una fiebre feroz.

(*)

Mientras tanto, en el palacio flotante de Bill.

Un demonio corría de manera veloz por los pasillos, buscaba con desesperación a su Amo y Señor. Los ritos desgarradores de alguien hicieron que el pequeño demonio retrocediera y observara una de las puertas la cual tenía por nombre "Sala de torturas"

Entro despacio en la habitación. Lo que sus ojos vieron fue a dos gemelos y un anciano amarrados con cadenas eléctricas, al parecer Bill se estaba divirtiendo, sus ojos lo decían.

—¿Qué quieres? Arruinas mi diversión. —Hablo con desagrado el rubio. No lo había visto entrar, solo sintió su presencia.

El demonio iba a activar otra vez el boto que los electrocutaría, pero su acción fue omitida bruscamente al escuchar al pequeño demonio;

—Se detectó magia blanca, Señor. —El cuerpo de Bill se tenso. Hace años que no veía o escuchaba sobre ese poder.

La última vez que lo vio, fue hace muchos años, cuando fue encerrado por primera vez, por las primeras civilizaciones de Gravity Falls. El líder practicaba magia blanca, y el zodiaco fue uno de sus tantos trucos, uno que lo encerró por mucho tiempo.

No podía dejar que sus planes se fueran a la borda, solo porque apareció un ser divino, cuyo destino se suponía que sería derrotarlo.

—Manda a las tropas a investigar la zona, si es alguien sospechoso, Mátalo.

—¿Qué sucedería si la Señorita_____ tuviera ese poder? —Bill no respondió. Se quedo mirando a la nada.

La familia Pines al escuchar el nombre de uno de su familia, prestó atención discretamente, sus cuerpos no podían moverse a voluntad. El rubio no quería pensar que la chica iba a ser su perdición, esa sería una pesadilla. La cual se haría realidad.

—Yo veré que hacer, no te metas donde no te llama, te di la orden de traerla y eso es lo único que vas hacer. —Iba a salir de la sala pero se detuvo antes—. Ah y cúralos, no me sirven muertos.

Salió de la habitación pegando un fuerte portazo.

—_____.... —Murmuro débilmente la castaña. Ahora entendía todo, porque sus poderes despertaron repentinamente. Todo encajaba en su rompe cabezas mental.

Lo que estaba en su interior estuvo encerrado esperando al descendiente que derrotara a Bill, y se activaron cuando sintieron peligro. Los poderes de su prima despertaban cuando había poder demoniaco cerca, pero ¿Por qué no reaccionaron cuando estaban con Bill?

Ella nunca le comento sobre si sintió peligro con Bill.

Son las preguntas sin respuesta.
Si ella llegara a enterarse de su destino. Estaba segura de que ella se negaría, lo amaba y eso se lo dejo muy en claro cuando se lo conto, sus ojos brillaban cuando pronunciaban su nombre. Ella no podía odiarlo, por muy malo que fuera.

—Bien, quédense quietos, voy a cúralos. —Dijo el demonio. Sus manos se iluminaron, y una luz verde les dio calidez.

El dolor desapareció. Estaban curados, el demonio sin decir o hacer mas salió de la habitación dejándolos solos y encadenados.

Los ojos de la castaña se dirigieron a su gemelo y tío, los cuales estaban completamente desmayados. Mordió sus labios con rabia, no podía ayudar a su parima y eso le frustraba.

—Perdónenos...  

M ᴇ ɴ ᴛ ɪ ʀ ᴀ s [#1] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora