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Nada de esto tenía sentido para la azabache, sus ojos observaron con asombró lo que había sobre la cama. Ladeo la cabeza analizando el objeto.

¿Cuándo llegó ese libro a mi habitación?

Las dudas comenzaron a invadir la mente de la joven haciendo que esta diera pequeña vueltas por su habitación pensativa. Bajo la divertida y atenta mirada de Bill. Le resaltaba curioso pensar en todas las cosas que ella haría con el libro.

—Mañana se lo daré a Bill...─Miro toda la habitación─ Por ahora será mejor esconderlo.

Oculto el libro en un hueco en la pared. Cerca de ella en caso de cualquier cosa.

La azabache salió de su habitación con normalidad, sonreía como siempre solía hacerlo. Tomó su desayuno pensado en que haría, hoy quería ver el pueblo completo. Hizo una mueca al recordad que sus primos la ignoraban desde ayer en la noche.

Así que debía ir sola.

Y claro, a los Pines no les gustaba ignorar a su prima, pero sus mentes estaban nubladas por una sola cosa; Bill Chipper. El maldito que estaba atormentando a su tío.

De lo que no se daban cuenta era del plan de Bill.

Si los Pines se separaban de la chica, el tendría más tiempo de estar con ella. Así podría ganar más la confianza de la azabache, y cuando llegara el momento le diría que Necesitaría las palabras demoníacas que lo liberarán.

Por otro lado, _________se sentía completamente sola. ¿Hice algo malo? Se preguntaba constantemente.

Decidió dejar de lado aquellos sentimientos y salió de la cabaña.

Nadie estaba prestándole atención a la chica, ya que todos estaban de aquí para allá con papeles y pergaminos, cosa que dejó confusa a la adolecente una antes de salir, pero aun así decidió ignóralo. Dipper buscaba algo con desesperación, Mabel y Ford trabajaban construyendo algún objeto raro que seguramente serviría para sacar a Bill de la mente de Stan, y claro, Mabel ponía sus decorativos diseños en aquel proyecto.

—¡Mierda, no está! —Exclamó el castaño. Todos se voltearon a observar a Dipper, quien se tiraba el cabello con frustración.

—Dipper, ¿Qué pasa? —Preguntó su gemela con desconcierto. Tocó el hombro de su hermano y este se giro a verla.

—El... Diario, no está...

Todos en la habitación quedaron en un repentino shock.

Y claro nuestra linda y joven protagonista estaba caminando por todo Gravity Falls, tenía su celular en mano y sacaba fotos de todo lo que veía bonito o llamativo. Estaba tan distraída observando lo lindo del pueblo, que no se dio cuenta que había alguien enfrente. Y inevitablemente terminaron chocando.

—Uh, Lo siento no me fije por donde andaba.

—Tranquila no te preocupes. —La azabache alzo la vista avergonzada. Sus ojos esmeraldas se abrieron ligeramente.

Cabellos rubio brillante, sus ojos eran casi como el color del lago, y ni hablar de su cuerpo. Cosa que le bajó mucho el autoestima.

—Y-Yo, soy nueva el pueblo y estoy conociendo un poco jeje... —La azabache sonrió nerviosa. Sociabilizar no le pegaba mucho, desde que sus padres comenzaron a pelear, ella no ha hablado con muchas personas y prefiere mantenerlo así.

—¡Ah!, tú debes ser familiar de los Pines ¿no?

Abrió sus ojos sorprendida, ¿Como era que la conocía?

—Emm si, así es... —Sonrió nerviosa. Pero al darse cuenta detalladamente, pudo notar que su vibra le trasmitía confianza y eso que apenas se conocen— Me llamó______ Pines, es un gusto.

—Soy Pacifica. Pacifica Noroeste.

(*)

—¡¿Joder, donde estas?!

—Dipper cálmate, es imposible que se haya ido caminando, ¿No lo habrás dejado en otro lado?

Dipper la miró incrédulo y con un ligero tic nervioso en el ojo.

—Mabel. En este pueblo puede pasar de ¡todo! —Se giro para continuar buscando su libro en todo el laboratorio.

La cabaña del misterio estaba patas para arriba, todo estaba desordenado gracias al castaño. El tío Stan, últimamente se había estado sintiéndose muy cansado y dormía como roca en su habitación.

Bill, quien no había hecho nada divertido últimamente, decidió simplemente observar el caos que formaba el castaño. Era graciosos para él, porque nadie sospechaba de la pobre e inocente _______Pines. Sin duda su premio gordo y gracias a ese pensamiento, solo algunas carcajadas.

—No te cansas de ver sufrir a los demás Bill.

La boca del rubio se curvo en una sonrisa macabra, miró por encima de su hombro al espíritu del Anciano. No, no estaba muerto, pero Stan podía hablar con Bill en sus sueños, habilidades que surgieron gracias a Bill.

—Oh Stanley, Eres tan viejo que ni imaginas lo que está apuntó de pasar. —Exclamó con gracias. Cruzó sus brazos por detrás de su espalda.

—¡No se a que te refieres con eso Demonio, Pero mi hermano y mis sobrinos te detendrán!

Bill comenzó a soltar una carcajada divertida, apretó su estómago tratando de contenerse como si le hubieran contado el mejor chiste. El creía que todos eran tan estúpidos, pero claro, su inteligencia era fuera de este mundo de humanos repulsivos.

Miró a Stan con las pupilas ligeramente dilatadas, nunca quite su macabra sonrisa.

—Oh, Stanley, Ya me salí con la mía.

El viejo abrió sus ojos tan grandes que por poco le da un ataque cardíaco. ¿Cómo era eso posible? ¿Era una broma de Bill? Las dudas sugieran tan rápido que parecía que la mente de Stan explotaría en ese momento.

Lo único que faltaba era esperar tres noche más y toda su venganza se realizaría por fin.

La venganza Para la Familia Pines estaba apuntó de empezar.

M ᴇ ɴ ᴛ ɪ ʀ ᴀ s [#1] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora