🌸Día trece🌸

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~°Comiendo helado°~

Un pequeño niño de cabellos castaños corrió hasta llegar a su puesto favorito de helados, sus ojitos brillaron en anticipación de probar su sabor favorito. La fila era corta para tomar su pedido, por lo que no pasaron más de dos minutos cuando su lugar llegó; se alzó en sus pequeños piecitos tratando de ver los sabores que la vitrina escondía de su visión.

— ¿Que sabor quieres, pequeño?.

Con una dulce sonrisa señalo el cubo que contenía el helado de vainilla, la señora a cargo asíntio tomando un pequeño cono para dejar el helado en éste.

— Grashias.

Pronunció, corrió hasta su madre quién ya había pagado por lo que su pequeño consumiría. Su pequeña manito fue rodeada por la más grande y chilló cuando su mamá provocó que su boquita se ensuciara de helado. Una sonora carcajada escapó de los labios de la señora Park, quién miraba entre divertida y enternecida la imagen que su pequeño JiMin daba.

Desde ese día ese lugar había sido el favorito del castañito, por lo que no era sorpresa para su madre cada que hacía berrinche por tomar su helado de vainilla.

Era viernes y sus clases de preescolar habían acabado, por lo que tomando la mano de su mami se encaminaron hasta el puesto.

Como siempre sucedía, esperaba paciente a que llegara su turno y si veía que el helado de vainilla estaba por acabarse antes de que estuviera en sus manos, hacía lindos pucheros a la señora que vendía por lo que está no podía negarse.

El problema llegó cuando un niño se le adelanto y se metió en su turno.

¡Era tan injusto!.

Pisoteo el piso tratando de hacer notar su descontento y chillo con terror cuando el niño pidió lo que quedaba del helado de vainilla. Ese día sus pucheros no surgieron efecto y es que en vez de la señora de siempre, quién atendía el puesto ahora, era un muchacho jóven.

— Yo quería ese. –Le riñó al chico. Esté se encogió de hombros y le dió una gran lamida a su helado.

Sus ojitos se aguaron amenazando por pasar al llanto. El pequeño niño de ojos gatunos se asusto ante eso, ¡Su mamá lo regalaría por hacer llorar a otro niño!.

En un acto nervioso, extendió su helado hacía el niño de mejillas grandes pero éste se cruzó de brazos y caminó lejos de él.

Y luego su madre decía que él era un descortés. Bobadas.

···

JiMin corrió feliz en compañía de su mejor amigo –quién lo acompañaba ahora en vez de su madre– hacía el puesto de helado. Desde que tenía seis años y su madre le había llevado al lugar recién inaugurado había sido un cliente constante, cada día para ser exactos, él llegaba a la misma hora.

Él y ese chico.

Sus ojos se encontraron en una batalla por tomar el lugar primero. Sus piernas de un pre-adolescente de doce años lo llevaron lo más rápido posible hasta el lugar detrás de la señora de los gatos –Como JiMin le había llamado.

— Já llegue primero. –Festejo y saco su lengua infantilmente hacía el chico pálido.

— Si sabes que puedo simplemente tomar el lugar que se me plazca. –Hablo burlón. JiMin le miró molestó.

30 días de YoonMin ; YoonMin/윤민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora