🌸Día dieciséis 🌸

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~°Rutina°~

El sonido quejoso de la campana sonó, anunciando que un nuevo cliente se hacia presente. Bufó por lo bajo y tomo el pequeño cuadernito donde escribía cada orden pedida.

Una sonrisa mecánica se dibujo en sus labios y dirigió su mirada hacia el chico que yacía en la mesa número tres.

Sus ojos se encontraron por milésima vez en lo que iba de los meses trabajando en el lugar. Y es que aún cuando la palabra “desconocidos” parecía querer filtrarse en su relación –Si se podía llamar así– no podían negar que las facciones contrarias ya estaban bien grabadas en sus retinas.

— Buenas tardes ¿Que desea pedir?.

— Un capuchino.

Asintió y sin necesidad de escribir la orden, se encaminó hacia las personas que se encargaban de preparar los pedidos.

Siempre era lo mismo, el chico frío de último año siempre se presentaba a la cafetería y su pedido nunca cambiaba.

JiMin se sorprendió la primera vez que lo vió en los días que llevaba siendo un aprendiz en el lugar y es que según decían, el chico era un ermitaño que sólo salía de su apartamento para ir a la universidad.

Con la taza humeante en manos, se dirigió hacia la mesa del pálido chico.

— Aquí está su orden.

— Gracias.

¿Era a eso que se le llamaba Déjávu?.

Porque ese monólogo se repetía constantemente entre las dos personas.

Sopló sus manos en un vago intento de dar calor a las mismas y maldijo por tercera vez por no haber traído algún abrigo consigo.

La terminal quedaba lejos de la cafetería en la que trabajaba, por lo que no le quedaba de otra que esperar a que su transporte llegará.

Se sentó en una pequeña banca que era apenas iluminada por un faro que yacía a su costado. Abrazo su cuerpo y suspiro cuando una presencia se ubicó a su lado.

— No deberías estar desabrigado con éste tiempo.

La voz profunda llegó a sus oidos, sorprendiendolo por un instante.

— Lo sé, pero olvide mi abrigo en casa. –Le resto importancia.

JiMin sabía que el chico misterioso –Aun que no tanto– llevaba por nombre Min YoonGi y era de los chicos más famosos en su universidad. Su personalidad huraña y callada, lo había convertido en el chico que todos deseaban.

Aveces no comprendía esa forma de ser del chico más sin embargo había algo en esté que lo mantenía constantemente pendiente de su persona.

Sabía cosas de él, como que clases tomaba hasta el horario en que practicaba piano. Cada pequeña cosa contribuía a que la palabra desconocido fuera la menos indicada para señalar al chico, más sin embargo JiMin prefería dejarlo ahí.

— Mm, lamento eso.

Asintió sin darle importancia y sonrió cuando su transporte había llegado.

Al igual que las otras ocasiones, los dos chicos se abrieron paso entre las personas que yacían apiladas dentro del autobus. Esa era una desventaja de tomar ese transporte y es que esté siempre se encontraba demasiado lleno de gente.

Sus pequeños dedos se crisparon alrededor del agarre que lo mantenía a salvó de caer al suelo –O en otra persona– y apretó con fuerza cuando el autobús dió un salto.

30 días de YoonMin ; YoonMin/윤민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora