30 días de YoonMin ; YoonMin/윤민

🌸Día veintiocho🌸

~°Haciendo algo ridículo°~

Haciéndose paso entre el alumnado que rodeaba al cuerpo hecho ovillo en el suelo, noto la cabellera rubia que era acariciada por los dedos de uno de los alfas presentes. Su lobo gruño ante la molesta vista pero fue más grande la preocupación que ahora mismo sentía.

Importandole poco la manera en que le mirarán, tomo al pequeño omega entre sus brazos para esconderlo de la vista de cualquiera. El rubio se escondió en su pecho al sentir ese aroma que le hacía sentir protegido y es que el pánico le inundo cuando se vió perdido entre tantos aromas.

Cuando el timbre había sonado hace menos de quince minutos, él decidió ir en busca de su hyung, puesto que esté era el único que le ayudaba a conseguir algo para comer sin necesidad de pisar el comedor.

YoonGi sabía de primera mano lo que le ocurría al menor al estar rodeado de gente, el omega era tímido y muy miedoso, después de todo había desarrollado cierta fobia a las personas, pero no podía evitarlo y es que apesar de hacerse el valiente siempre terminaba temblando con solo dirigirle la mirada a una persona.

— ¿Estás mejor?.

El omega asintió mientras se rodeaba con sus propios brazos.

YoonGi le miró preocupado y pensando en una forma de disipar el malestar en el menor, suspirando se acercó lo más que pudo hasta rodearlo con su aroma.

JiMin aspiró gustoso y rio bajito puesto que las mejillas del alfa se habían encendido.

— Hyung, tengo hambre. –Susurro bajito.

— Ahora mismo iré por algo de comer.

— Gracias.

Luego de acabar su almuerzo, el mayor se encargo de contar unos cuantos chistes para animar al omega, quién seguía un tanto coibido ante lo sucedido.

El ambiente era tranquilo, mientras platicaban de cosas triviales –O al menos YoonGi lo hacía– y compartían de lo que les disgustaba de sus clases.

Los alfas, omegas y betas que circulaban, miraban sorprendidos la escena y  es que el hecho que el alfa nerd de la escuela y el omega raro se juntaran, era todo un show.

Aveces YoonGi le gruñía a cualquiera que pusiera sus ojos en el indefenso omega, sorprendiendo a los demás puesto que la mayor parte del tiempo no era más que un “alfa dominable”, como algunos le llamaban.

Casi una semana después del ataque de pánico por el que había pasado, se encontraba haciendo sus manos puños con su mirada en su regazo, rogando por no llamar la atención de quienes viajaban en el autobús.

No sabía explicar esa incomodidad en su ser con solo estar rodeado de personas desconocidas o de quiénes nunca había recibido un hola, sabía que en la escuela su nombre era acompañado de burlas y aunque eso le lastimaba prefería pasarlo por alto.

Su lista de amigos era nula y si no fuera por YoonGi seguramente ya hubiese desertado de la escuela. Aún recuerda la forma tan extraña en la que el alfa se le acercó, era de esos días malos en los que solo quería llorar por el temor y dónde rogaba en silencio poder salir huyendo de la escuela.

YoonGi se había aparecido frente a él con una sonrisa incómoda, un volante le fue tendido por el alfa, en el que le invitaba a ser parte del club de mateatletas, él se negó de inmediato pero YoonGi insistió, quería gritarle y decirle que se largara pero extrañamente su omega no se había inmutado ni chillado del miedo ante la cercanía.

Desde ese entonces, el alfa había seguido insistiendo con el club y es que al ser el omega parte de los mejores promedios, el mayor se vió en la situación de reclutarlo hacía su grupo.