🌸Día treinta🌸

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~°Algo suvidito de tono°~

Con una sonrisa altanera desfilo alrededor del chico en la silla, como supuso hace unas horas, el chico había tratado de defenderse provocándole un pequeño rasguño en su pómulo izquierdo, pero gracias a su agilidad, logro dar vuelta a las cosas y ahora era el chico quién sufría de varias heridas en su cara y sin contar las que no se veían a simple vista.

— Me dirás quién te mando.

— Primero muerto. –Escupió con furia.

JiMin se carcajeo en su lugar, ah.. como amaba esa escena.

Levanto su pierna derecha y la alzó para luego dejarla entre medio de las piernas del joven azabache, con suma elegancia y lentitud, safo la pistola resguardada en su muslo, soltó una risita y apunto directo al cráneo del chico.

— Sabes, deberías hacer las cosas más fáciles y decirme lo que te pregunto, total, al final siempre descubriré lo que ocultas.

— Y también me terminarás matando.

JiMin se carcajeo asintiendo. — Eres un chico listo.

Delineando con su lengua su labio inferior, miró directo a los oscuros ojos y sin piedad alguna disparó.

— Uno más. –Susurro.

— ¿Qué hago con el cuerpo?. –Cuestiono Namjoon, -su mano derecha- mientras alzaba un pañuelo hacia el menor.

— Primero arranca el símbolo de D y mándaselo para que deje de joder. Luego tíralo por ahí.

Dictó para luego largarse del lugar. Soltando maldiciones, limpió la sangre salpicada en su cara y arreglo sus cabellos para así cambiar la ropa de Kitty y volver a ser JiMin.

— ¡JiMin hyung!.

Sonriendo, atrapo a su pequeño hermanito entre sus brazos, solo esperaba que Jilee no haya escuchado el disparo.

Odiaba tener que hacer el trabajo en su casa y casi nunca lo hacía, pero en está ocasión el intento de asesino dió con la dirección de su casa, provocando que estuviera con la guardia baja, solo esperaba que esos idiotas no estuvieran tras su hermanito, porque si era así juraba y haría sufrir a Agust.

— ¿Ya tienes hambre?.

— ¡Sí!.

— Okey, hoy comeremos estofado.

**

La vida para la persona más buscada por la policía –Y por sus enemigos– no era precisamente mala, puesto que los lujos eran ya algo cotidiano y no, no le hacía falta el amor, y es que con el amor de su pequeño hermano le bastaba demasiado.

Sabía que su identidad real era algo por lo que rodaban cabezas cada tanto, más sin embargo su apodo era lo único que las personas llegaban a conocer, excepto por él.

Agust D, el jodido chico que le perseguía y vigilaba desde la escuela media, siempre había sido un grano en su trasero más sin embargo nunca hizo algo realmente para detenerlo.

30 días de YoonMin ; YoonMin/윤민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora