Fiadnaith despertó en sus antiguos aposentos la noche siguiente de su llegada al palacio subterráneo de su tío; el rey Ciarán. En cuanto abrió los ojos, la criada a cargo de cuidarla, una enana más pequeña de lo normal y de cabellos rojizos corrió apenas a dar aviso a los demás de que la joven cazadora ya estaba mejor. Fiadnaith se acarició la frente con las manos y se sentó en la blanda cama rellena de lana de ovejas subterráneas, que eran el doble de lanudas de las pobres famélicas que vivían sobre la tierra. Criaturas apestosas, si le preguntaban.
Recordó con una sonrisa torcida su casi fallido plan en la taberna del Camino del Peregrino, su estadía en los calabozos de Lord Connor y el romance fugaz y ficticio con su heredero. Pagaría una bolsa de amatistas si le permitieran ver la reacción de todos al descubrir que, en lugar de ella, en la celda estaba lloriqueando Stephen, que había cedido a sus asquerosos y primitivos impulsos humanos. Curiosamente, ella jamás había sentido interés en el romance ni siquiera con drows como ella, pero no era algo que le preocupara. Sus únicas pretensiones en la vida eran llegar a ser la mejor cazadora y exploradora, y que algún día, su tío la reconociera como tal, cuando ascendieran al trono de Emenlor. Y por qué no, de todos los otros reinos.
Sus cavilaciones fueron interrumpidas por las risas infantiles de su querida prima Gormley, que, sin medir su jovial energía, se lanzó sobre la chica para darle un abrazo.
- Gormley querida, darle espacio a tu prima- le ordenó Aoife con voz suave. La diferencia con la que trataba a sus dos hijos le parecía abismal a Fiadnaith, pero no le importaba realmente. No le tenía cariño a Kyle.
- Quisimos que te visitara más tarde- se disculpó Ciarán- Pero insistió. Desde que Kyle se fue, se ha sentido muy sola.
Fiadnaith los miró con extrañeza. Con amabilidad hizo a un lado a la joven princesa, que comenzó a trenzarle el cabello blanco como lo hacía cuando era aún más pequeña. La cazadora la ignoró.
- ¿A dónde se fue Kyle? ¿A parlamentar con los enanos?
- Ah no, eso ya se hizo hace tiempo- contestó Aoife, con suficiencia- ¡Huyó!
- ¿Huyó? – preguntó Fiadnaith con una sonrisa nerviosa ¿EL blando de su primo Kyle había huido del palacio? ¿En qué túnel de carbón estaría llorando ahora?
- Él y el aprendiz de Aoife han partido a buscar a la Gema y al dragón arcoíris por cuenta propia, sin dar aviso a nadie- explicó Ciarán, tratando de parecer seguro de que su primogénito tendría éxito en su empresa.
- Si hay un dragón involucrado yo debo ir, a Kyle lo van a rostizar- reclamó la joven, parándose de la cama y dejando a Gormley con las manos en alto, triste - ¿Por qué no esperaron a que yo llegara?
- Pero si lo último que supimos de ti es que estabas presa y mi hijo se fue sin nuestra autorización. Los planes han cambiado, evidentemente- contestó Ciarán, con molestia. ¿Es que era el único en todo el reino que sí confiaba en su hijo? – Esperaremos recibir noticias de ellos pronto, y si llegase a ser necesario, podrías partir en su búsqueda ¡Pero no antes! Esta es la oportunidad de Kyle para demostrar su valentía, querida sobrina, paciencia.
- Ven, corazón- llamó Aoife a su hija, que seguía en la cama de Fiadnaith esperándola para seguir trenzándole el cabello- Padre debe solucionar unos asuntos- la princesa corrió a abrazarse de sus faldas y ambas salieron de la habitación. Aoife le dio una intensa mirada a su esposo y salió de la habitación. Ciarán no necesitaba palabras para entender lo que su reina quería, asintió y se aclaró la garganta.
Fiadnaith escuchó con atención y sonrió.
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I. El Guardián de la Gema
FantasiSi bien no es la mejor alumna de su clase, Anne Torres conoce la mitología universal casi a la perfección. Es la única chica que eligió la clase de esgrima como deporte opcional y la única que prefirió estudiar el gaélico por su cuenta antes de ten...