Stephen Strange

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Stephen Strange
Advertencias: Ninguna

Stephen Strange se encontraba en el santuario de New York guardando algunas fotos anteriores a su accidente
Mientras organizaba unas fotos suyas como doctor encontró una con su compañera ___, ella era cirujana de guardia, trabajaba con christine, Stephen siempre pensó que ella tenía talento, ellos eran amigos antes y pensó en visitar a su vieja amiga.
Hizo un portal en la que antes era su casa, al llegar golpeó y salió una mujer mayor de edad, Strange supuso que ___ ya no vivía allí, lo cuál no le sorprendió ya que pasaron muchos años

- que se le ofrece -dijo mirándola la extraña ropa del hechicero.

- una amiga mía vivía aquí -habló Stephen mirando la casa- se llamaba ___ ¿por casualidad sabrá dónde vive?

La señora pareció pensarlo un momento logrando recordar a la dulce mujer con la que había hablado luego de la mudanza

- sí, su correo sigue llegando aquí, es muy dulce esa mujer, tengo las cartas aquí, esperé -entró a su casa y luego de unos minutos salió de nuevo- tenía que llevárselas, pero ¿usted podría hacerlo? -el hechicero asintió y como las cartas- ahí está la dirección, suerte -se metió de nuevo a la casa cerrando la puerta sin más que decir.

Strange miró la dirección, no era lejos, sólo unas pocas calles, cuando logró llegar a la que esperaba que fuese la casa correcta vio a un niño que salía corriendo mientras jugaba y reía

- cariño espera, podrías caerte -escuchó una dulce voz que le pareció conocida.

Stephen dirigió su vista a la mujer y efectivamente era ___, estaba muy cambiada pero aún así la reconoció, observó a la chica mientras jugaba con el niño, cuando él de pronto dejó de jugar y señaló a Strange, ___ al ver aquel hombre se acercó para saber que se lo ofrecía.

- disculpe ¿necesita algo?  -sonreíste amablemente.

- si, buscaba a una cirujana que trabajó conmigo. Una vieja amiga

- lo miraste atentamente- ¿Stephen? -él asintió con una sonrisa- tanto tiempo *
-lo abrazaste- ¿cómo has estado? ¿Y qué llevas puesto? -separó el abrazó y lo miraste con cariño.

- una larga historia, han pasado muchas cosas desde mi accidente -dijo algo incómodo.

- demasiadas -sonreíste- debes contarme ¿quieres pasar? -Strange asintió.

Caminaron hacia la entrada, el niño que jugaba llegó corriendo miró a Stephen y se abrazó de la pierna de ___

- ¿quién es él?-susurró el niño abrazándose más a tu pierna.

- es un amigo -acariciaste el cabello de tu hijo.

Él se acercó tímidamente a Strange quién lo miraba como a una cosa rara.

- soy Adam -sonrió el niño- ¿señor?...

- mucho gusto Adam -sonrió el hechicero tratando de ser amable- soy el Doctor Stephen Strange

- ¿Doctor es su primer nombre? -ríe el niño con burla mientras Stephen permanecía serio- ¿quisiera jugar conmigo?

- Stephen te miro y tú te encoges hombros- de acuerdo ¿a qué quieres jugar?

- venga -el pequeño le tomó la mano y lo guió a la casa.

Los tres entran a la casa, Adam hace sentar a Strange en el sofá mientras encendía la consola con su videojuego, ___ fue a la cocina y pronto salió con una bandeja con té y galletas, la dejó en una mesita y se sentó junto al hechicero

- ¿quieres que cuelgue tu capa? -notaste una gran capa roja colgada en los hombros de Strange.

- no es necesario -miró su capa, ésta se salió de sus hombros y se sentó en un sillón individual.

Ambos quedaron sorprendidos mientras el hechicero lo veía como algo natural, les contó a ambos que era una capa de levitación los cuales pensaron que era un truco pero pronto se dieron cuenta que no

- ¿o sea que eres un hechicero?

- preferimos el término "maestros de las artes místicas" pero en otras palabras sí

- es asombroso, debes contarme todo lo que pasó después de... -miraste sus manos.

- Mami, ahora el señor doctor jugará conmigo -le da un control a Strange.

- dime Stephen -sonríe falsamente por lo cansado que está de que le pongan sobrenombres.

- usted será Iron-man y yo Capitán América -se sienta a su lado y selecciona los personajes.

- grandioso, seré Stark -dijo con sarcasmo.

Ambos se pusieron a jugar, Stephen era pésimo en el juego lo cuál a adam le causaba risa, mientras ellos jugaban Strange charlaba con ___, él le contó todo lo que pasó en Kamar-Taj y ella le contó todo lo que pasó en su vida, como que se separó de su esposo.
Strange de vez en cuando la miraba de reojo mientras ella sonreía, al final del juego Adam ganó con un puntaje muy superior al del hechicero, al llegar la noche decidió irse y ella lo acompañó a la salida

- que bueno fue volver a verte -sonreíste.

- sí, pensé que no te encontraría -ríe nervioso- pasó mucho tiempo desde que éramos compañeros -te mira fijamente.

- pasó bastante tiempo, tú hasta tienes el cabello blanco a los costados -ambos se rieron- pero te quedan bien -lo miraste a los ojos.

- y tú ya tienes un hijo -sonríe falsamente- debo admitir que no me gustan los niños, pero él es encantador -dijo buscando las palabras adecuadas.

- ¿encantador? -reíste.

Strange la mira fijamente y de pronto sale el pequeño niño para despedirse de él

- Stephen ¿mañana volverá? -dijo llamando su atención.

- no lo sé -ríe- tengo algunas cosas que hacer y tenemos que preguntarle a ___ -te miro a los ojos con una sonrisa.

- por mi no hay problema señor doctor -le guiñaste y sonreíste.

- esta bien, entonces volveré mañana, luego de resolver unos asuntos ¿te parece? -preguntó acuclillado para quedar de la altura del niño.

- claro -sonríe Adam- me divertí mucho contigo Stephen -sin decir más abrazó al ex doctor.

A ___ le pareció raro que su hijo actuara así, ya que debía caerle demasiado bien para tenerle tanta confianza, strange se sorprendió pero también abrazó al niño

- le gusta mi mami -le susurró al hechicero que separó el abrazó y lo miró confundido- no se preocupe, lo ayudaré un poco, a mi mami también le gusta, conserva fotos con usted -le guiño.

- gracias -le sonrió y rió- bueno, debo irme, nos vemos mañana -se acercó a ti y beso tu mejilla*

- adiós Stephen -sonreíste.

Strange hizo un portal que daba al santuario y antes de entrar se despidió con la mano, pasó por el portal y desapareció

- vaya, eso sí que fue raro -dijiste desde el mismo lugar donde viste desaparecer el portal.

- me agrada -sonríe Adam- sería un buen papi...

- ¿qué estás hablando pequeño? -reíste y le hiciste un par de cosquillas- vamos, te daré de cenar tú comida favorita

- ¡pizza, sí! -gritó Adam y entró corriendo.

Ambos entran a la casa, cierran la puerta alegres por la visita del hechicero y con ganas de que vuelva, al igual que Stephen, ya que no ve la hora de volver, estaba tan emocionado que vio los posibles futuros sólo para asegurarse de que todo salga bien.

One-Shots Benedict Cumberbatch Donde viven las historias. Descúbrelo ahora