One-Shots Benedict Cumberbatch

El algoritmo de la convivencia

- apurate, Sherlock -dijo frustrado el médico militar mientras cerraba su última maleta. 

- ¿por qué tengo que ir yo? -respondió con fastidio el detective. 

- porque eres mi amigo, no tienes casos, no quiero que destruyas la pared y le dije que irías... 

- ¿qué edad cumple? -frunció el ceño ignorando la lógica de Watson en su respuesta. 

- 23 años -respondió John mientras buscaba los boletos de avión. 

- mmm... ¿Hace cuánto no la ves? La última vez fue cuando viniste a Baker Street ¿verdad? 

- ¿me estás preguntando? -levantó una ceja con sorpresa. Sherlock sólo rodó los ojos- sí, tenía 18 años 

- queridos -apareció la señora Hudson por la puerta- el taxi está afuera y John, esto es para ella cuando la veas -le entregó un paquete. 

- oh, señora Hudson no se hubiera molestado -dijo Watson ante el gran detalle. 

- tonterías querido, mándale saludos de mi parte 

- ¿también té? -comentó Sherlock riendo mientras sacaba sus maletas. 

- ¿cómo? -preguntó la arrendadora confundida. 

- nada, estaba bromeando. Volveremos en unas semanas, espero que Sherlock no sea fastidioso... si es posible -ríe levemente y abraza a la mujer para salir del departamento donde el detective lo esperaba. 

- tardaste demasiado -protestó Holmes con impaciencia. 

- creí que no querías ir -dijo jocoso por la actitud que presentaba su compañero- ¿acaso estás ansioso por verla? 

- cállate, John -refunfuñó el detective volteando la mirada hacia la ventanilla para no verlo al rostro.

Al llegar al aeropuerto y abordar su avión Sherlock se quejó de nuevo por la idea de dejar Londres, pero tenía curiosidad de saber cómo te encontrabas.
Las horas pasaron y al aterrizar John pidió un taxi, pues a pesar de saber conducir no tenían las mismas reglas que en Inglaterra. 

- ¿dónde vive ahora? -preguntó Sherlock observando lo que era Pasadena, California.

- en el 215 South Madison Avenue -respondió el rubio mirando un mapa y a la vez su teléfono- comparte departamento con alguien 

- ¿alguien? -preguntó Sherlock con una pizca de celos- ¿hombre o mujer? 

- ¿acaso estás celoso? -interrogó Watson mirándolo. 

- para nada, sólo que si es hombre tal vez haya caído en el defecto sentimental llamado amor 

- ¿estás celoso de que mi hermana tenga una posible pareja? 

- es una suposición lógica que... -John lo interrumpió. 

- ella es mi hermana, Sherlock. Mi hermana, y ella no está con nadie ¿okey? 

- claro... -permaneció en silencio unos segundos- si es como tú ya tuvo muchas parejas 

John blanqueo los ojos suplicando que lo dicho por el detective no fuera cierto, cuando estuvieron en el hotel con serie de departamentos; con sus maletas en sus manos entraron e intentaron ingresar al ascensor, pero estaba descompuesto, así que debieron subir por las escaleras.
Al llegar al departamento con el emblema 4A en ella Watson golpeó, de la nada se abrió mostrando a dos sujetos; uno de ellos era unos centímetros más bajo que él(John), tenía lentes y cabello rizado. En cambio, el otro era alto, unos centímetros más que Sherlock, era esbelto y tenía una remera de superhéroes.