Sherlock estaba recorriendo el lugar de la fiesta como camarero, observando a todos y cada uno, mientras John se hacía pasar por invitado de la fiesta.
- ¿Ves algo Sherlock? -preguntó John por el intercomunicador en su oreja, casi invisible.
- Por ahora... no. Pero no pierdas la vista de nada, se que el asesino estará aquí esta noche -mencionó con total certeza de lo que hablaba.
- No creo que vaya a aparecer por...
- ¿Está ocupado? -preguntaste, distrayendo al doctor, quién abrió enormemente los ojos al ver el atuendo que llevabas puesto.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sherlock escuchó a su amigo divagar, a lo que frunció el ceño, y luego de dejar las bebidas en la mesa 5, para pasar de estar percibido con su disfraz, buscó con la mirada a Watson, divisandolo con una chica que rápidamente reconoció, sonriendo de lado, eras tú. No entras en la mente de Sherlock Holmes como una enemiga o archienemiga, ¿Una gran adversaria? Sin dudarlo. Aunque jamás te habías metido en sus asuntos, bueno, eso es una mentira.
- Lo siento, rubio sexy... sólo trataba de llamar la atención de alguien -pasaste tus uñas por su pierna, debajo de la mesa. Causando que Watson trague saliva.
- ¿Qu- qué? -trató de aparentar serenidad, sin la intención de clavar sus dedos en la silla de madera ante tu acción y tu escotado vestido del que no pudo despegar la vista.
- sonreíste, y te acercaste a su oído- Hola Sherlock -mencionaste con un tono de voz que denotaba egocentrismo y superioridad- Ustedes tienen planes, y yo también los tengo... ¿Qué tal si hablamos en la pista de baile? Para no entrometernos entre nosotros -el detective estuvo a punto de objetar, pero te adelantaste- Se que te gusta bailar... tu hermano Mycroft me lo mencionó
Holmes parpadeó un par de veces ante la confesión, debía estar concentrado, en extremo concentrado, pero con tu presencia allí sería todo un reto para él, imposible jamás, pero sería una dificultad, más con tu actitud que comenzaba a causar que sus pantalones apretaran.
- Gracias, doctor Watson -dejaste un beso en su mejilla, marcándolo con tu labial rojizo- A sido de gran ayuda -parecía sarcástica la forma en la que lo dijiste, pero en realidad era totalmente sincero.
Con una sonrisa cínica en los labios caminaste a la pista moviendo tu cadera, cuando de pronto sentiste una presencia detrás de ti, cerraste los ojos sin que esa sonrisa abandone tu rostro, y al sentir las manos del detective en tu cintura casi te derrites.
- Cada vez más sexy -coqueteaste una vez que te dio la vuelta para que lo mires.
- asintió, y cuando la música comenzó empezaron a bailar juntos- Estás por estropear mi caso -susurro, sin perder la mirada fija en ti.
- Que lindo, tú estás por arruinar mi nuevo objetivo -tus brazos fueron a parar a sus hombros y tus manos alrededor de tu cuello.
- Siempre la misma engreída que sólo se preocupa por su trabajo -en parte, Sherlock estaba cansado.
