Despertaste en tu departamento como era de costumbre después de una misión con los vengadores. Al levantarte te sentías extraña, como si tu cuerpo no pesara nada y en vez de caminar volaras, lo cual era contradictorio, ya que podías volar desde antes. Te dirigiste al armario por ropa para ir a bañarte, una rutina bastante predecible, según te decía Tony como burla. Al abrirlo no había nada, tu ropa no estaba, miraste alrededor y tus cosas tampoco estaban, lo que te hizo pensar que era posiblemente una broma del trasero de metal(Stark). Bajaste la mirada para ver que tenías puesto, pues no recordabas haber ido a tu departamento después de la misión contra Ultron, efectivamente tenías la ropa de la misión.
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Confundida empezaste a caminar a la salida, no te importaba si la gente llegaba a reconocerte como una de las vengadoras, lo único que querías era saber si esto era una broma de Tony. Al salir al exterior te pusiste la capucha para no ser reconocida, pero ni siquiera volteaban a verte.
- que extraño -comentaste frunciendo el ceño.
Buscaste a los vengadores por todos lados, pero no los encontrabas, ni siquiera sabías que estaba pasando, antes la gente volteaba a verte, pero ahora nada, de pronto viste un perro correr hacia ti, así que te agachas para tratar de acariciarlo.
- hola amigo, ven, ven conmigo -le sonreíste esperando que llegue a ti, pero en lugar de eso te atravesó y siguió su camino- ¿pero qué... -miraste tus manos con miedo- señora, hola señora. Disculpe, puede decirme qué está pasando... -trataste de detenerla, pero no pudiste, ella sólo siguió su camino- ¿qué mierda pasa?...
Alterada empezaste a caminar con más rapidez, te dirigiste a la base de los vengadores volando, ya que no pudiste ni siquiera tomar un taxi, pues estos te traspasan.
Cuando llegaste al complejo no pudiste entrar, quisiste tirar la puerta abajo, pero en lugar de eso la traspasaste, te asustaste, pero trataste de mantener la calma, caminaste hasta la habitación de Steve y no viste la fotografía que te habías sacado con él, antes estaba en una pequeña mesita que se encontraba cerca de la puerta, pero ahora no estaba.
- ¿Steve? -preguntaste caminando por el pasillo- ¿Steve, amigo? -escuchaste un ruido en la habitación, así que caminaste hacia allí.
- Hola Tony... ¿Hay alguna mejoría? -lo escuchaste hablando por teléfono- de acuerdo... llámame si mejora... adiós -colgó.
- hola Steve -le sonreíste- oye, escucha: No entiendo qué sucede, puedes creer que la gente me atraviesa... -lo viste triste, incluso llorando, jamás lo habías visto de esa forma, hasta el día de hoy.
- ¿Hay noticias? -volteaste al escuchar la voz de Natasha Romanoff.
- Nat. Que bueno que estés aquí yo... -Steve negó con la cabeza y la agente prosiguió.
- tranquilo, todo estará bien, Tony encontrará la manera de... -se le hizo un nudo en la garganta- todo saldrá como debe salir
- Hola... hola... hola ¿me escuchan? ¡¿POR QUÉ NO ME ESCUCHAN?! ¡ESTOY AQUÍ, FRENTE A USTEDES! -gritaste con desesperación.
