Tomás tomó mi mano y me giró para que me fuera a la sala de nuevo.
-¡Ah! ¡Carajo!- gruñí
-¿Estás bien?- sentí las manos de Tomás tocar mi espalda, acariciandola, intentando ayudarme. -¿Qué te paso?
-Ah, nada, no te preocupes, pero gracias por ayudarme. - me solté de su agarre.
Solté un grito cuando recargue el pie en el piso. Todo era parte del plan.
-Parece que no es nada bueno.
-No te preocupes, estoy bien.- le aseguré.
-Dejame llevarte al médico, es algo serio.
-No es necesario, de verdad. - toqué su hombro y le guiñé un ojo. Se lo había creído todo.- ¿Ah quién le agradezco?
-Tomás Campos.
-Muchas gracias, Tomás, solo quería pedirte un favor más, ¿me podrías ayudar a subir a mi habitación? No creo que pueda subir esa cantidad de escalones yo sola.
Ladeó la cabeza y sonrió.
- Por supuesto.
Puso mi brazo alrededor de su cuello. Me levantó entre sus brazos y me apretó fuerte contra su pecho. Caminó conmigo hasta subir las escaleras y llegar a la puerta de mi habitación.
-Sana y salva.
-___ Medina.- le sonreí y le toqué "sin querer" su pecho bajando hasta su abdomen.
-Mmm.- bajo la mirada a la mano que justo estaba por debajo de la habila de su cinturón. -Me.. dio.. mucho gusto... conocerte.- dijo entrecortado. Baje un poco más la mano, justo encima de ese precioso bulto.
Suspiró.
-¿Estaría mal besarte?- le pregunté.
Alzó la mirada y besó mis labios, seguí el beso y empecé a acariciar su miembro. Sus manos se fueron a mis senos, las apreté y me aleje de él.
-¡Hey! ¿Qué pasa?- reclamó
-Enséñame a seducir aún mejor.- le pedí
-¿Me vas a dejar con las ganas?
-Enséñame y en la próxima clase te dejo hacer conmigo lo que desees.
-¿Lo que deseé?
-Así es.
Sentí su agarre por detrás, pegando sus muslos contra mi trasero, solté un suspiro y forcejeé para safarme de sus brazos, puso su mano alrededor de mi cintura y la deslizó dentro de mi pantalón hasta llegar a mi parte femenina. Recorrió mi braga a un lado y empezó a acariciar mi clítoris. Sentí cómo mi feminidad se calentaba y se mojaba. Besó mi mejilla y mi cuello al mismo tiempo que su dedo medio empezó a meterse ahí debajo.
-Oh.. Tomás.- gemí
Tomás jadeó y empezó a balbucear en mi oído. Tomé una bocada de aire e intenté con todas mis fuerzas no gritar.
-Estás mus mojada, preciosa.- gruñó entre dientes.
Sacó su mano y los lamió, probando mis líquidos.
-Me has dejado con las ganas.- dije entrecortada, casi jadeando.
-Me has hecho lo mismo, preciosa. Eso no se lo puedes hacer a Tomás Campos.- tocó mi mentón y sonrió. Plantó un beso en la comisura de mis labios y bajo las escaleras. -Te voy a enseñar a seducir a un hombre de manera vulgar, sutil y refinada, con éstos consejos podrás tener en tu cama desde un albañil hasta el hombre más rico del planeta.
-Bien, enséñame.
-Primer paso: vístete atrevida, pero nunca de una manera vulgar, ponte un vestido que te llegue a una pulgada debajo de medio muslo, eso hará que los hombres, en el momento de tener contacto físico, quieran subir esa faldita y empezar a tocarte. Nos gustan mucho las mujeres que dejan ver solo algunas partes de su cuerpo, nos gusta descubrir, nunca te pongas un vestido que tenga tres escotes; el de la espalda, pecho y abdomen. Eso es escandaloso, no eres una puta, eres provocadora, buscas algo que te quede ajustado del trasero y de las piernas, es la parte favorita de todo hombre, aparte del busto y los labios.
-Tendré que anotarlo.
-No te preocupes, con la práctica no necesitarás recordarlo, solo saberlo.
-¿Segundo paso?
-No seas la primera en buscarlo. Así como viste el "accidente", haz que él vaya a ti, si estás fuera de tu universad, chupa una paleta, muéstrale que tus labios son sensibles y sus movimientos harán que lo lleves al éxtasis. Mueve tu cabello o haz algo que lo provoque, que haga que tenga la necesidad de ir hacia ti. ¿Me entiendes?
Asentí, escuché cada una de las palabras que Tomás me decía. Veía cómo movia sus labios, esos bonitos labios.
-Tercer paso: contacto físico, tócalo cómo lo hiciste conmigo, pero jamás empieces a acariciar a su amiguito muy deprisa, hazlo con delicadeza. No nos gusta que nos presionen. Haz que el hombre se sienta en confianza de pedirte ir a un cuarto. Ve lento y hazlo pedir por más, siéntate deseada y hazte desear, eso hace que el sexo sea un arte.
Un arte. Y definitivamente comenzaba a serlo, Tomás empezaba a enseñarme táctica para atraer a los hombres, y apueso que me enseñaron nuevas formas de placer. Me siento toda una profesional, y hace solo unas horas dejé de ser virgen.
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Sex Instructor | C.R.O | TERMINADA
Fanfiction"Se enseñan posiciones y tácticas para conseguir orgasmos. También lo que hago es cómo le gusta el sexo a la mayoría de los hombres." PRIMERA CLASE ES GRATIS. C.R.O Y TÚ HISTORIA ADAPTADA, TODOS LOS CRÉDITOS A LA CREADORA.