cincuenta y ocho.

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El sol chocaba fuertemente contra la piel desnuda de la espalda de Tomás, eso lo despertó. Igualmente el vibrar de su teléfono gracias a los varios mensajes que estaba recibiendo. Tomás hizo a un lado las sábanas que le cubrían el cuerpo y finalmente decidió levantarse de un brinco.  Eran las tres de la tarde y su amada no lo había contactado aún. Se rascó la nuca con preocupación y tomó el aparato electrónico para revisar los mensajes. 

Uno era de la persona que él amaba, de la chica con la que soñaba.  Una sonrisa automática se dibujó en su rostro cuando vio el mensaje. ______ no estaría con él toda la semana, y eso lo hacía sentir vacío, mal, pero solo era una semana, no una eternidad. Después de esa semana, ______ sería suya y de nadie más.  "Espero que te diviertas, dulzura. Te esperaré con los brazos enormemente abiertos. Te amo para siempre", tecleó.  Cuando envió el mensaje, se vio certero de que le llegaría a ______ justo cuando bajase del avión y no tardaría en contestarlo.

Tomó un respiro y se encaminó a la regadera para darse una ducha y regresar al trabajo.  Al otro lado de la ciudad, dentro de ese avión enorme con camino a Córdoba, se encontraba ______. Miraba las nubes revoloteando alrededor de la máquina voladora en la que se encontraba y pidió a todo su cuerpo dejarla dormir, dejarla descansar. Recargó su cabeza en la pequeña ventanilla con forma ovalada y soltó un enorme y doloroso suspiro, se llevó las manos al vientre y sonrió para sus adentros. 

Cynthia la observó encantada. Estaba segura que ______ sería una madre excelente. Su mano se extendió por el hombro de ______ haciendo que ésta volviera la vista contra ella y le sonriera de oreja a oreja. 

– Todo saldrá bien, ______. – le dijo Cynthia a la morena embarazada.  ______ solo le sonrió y regresó su mirada al exterior. Intentó recordar las palabras exactas que había plasmado en cada una de las cartas destinadas a las personas a las cuales no podía dejar sin ni una sola explicación.

Se reclamó mentalmente por no dárselas personalmente, pero el tiempo y la cordura no habían estado de su lado durante mucho tiempo y ahora ya era tarde. Estaba a una hora exacta de llegar a su destino, de abrir las puertas de su nueva vida y tener la oportunidad de comenzar de nuevo. 

... 

Valentín se dio prisa para salir de su apartamento y correr a su segundo turno en el trabajo después del almuerzo. Él había preferido ir a su apartamento a acomodar algunas cosas que le habían llegado por paquetería de parte de su trabajo anterior. Había decidido dejar la escuela y dedicarse a los negocios de lleno. Le habían dado una entrevista en la compañía de Tomas.  Al principio fue difícil debido a sus relaciones anteriores con ______.

Tomás lo fulminaba con la mirada, preguntándose cómo ______ podía llegar a querer a alguien como a Valentín, y Valentín  de preguntaba lo mismo, pero al fin y al cabo, era ______ la que había elegido a Tomás en vez de a él, y no le molestaba, Tomás era su mejor amigo desde siempre y sus años de amistad valían más que un pleito que ya había quedado en el pasado. 

– ¡Valentín! – le gritó una voz tan conocida que lo hizo salir de su concentración al caminar.  Robert se volvió hacía la voz y se encontró con tomas llamándolo desde su oficina. Le hizo una seña con la mano para que entrara y Valentín no tuvo de otra más que ir hacía Tomas. 

– Dígame. – le contestó Valentín entrando a la oficina. 

– ¡Por favor, Valentín! Somos amigos hombre. No me hables así, sabes que me siento viejo cuando alguien me habla así. 

Valentín soltó una risa nerviosa y suspiró por el alivio y la satisfacción que le daba saber que todo seguía como antes. 

– Dime, Tomás. ¿Qué pasa? – le preguntó Velentín mientras cerraba la puerta de la gran oficina de su ahora jefe y amigo. 

Sex Instructor | C.R.O | TERMINADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora