152 días. › 𝗞𝗶𝗺 𝗦𝗲𝗼𝗸𝗷𝗶𝗻.

Día 52.

A diferencia de los días anteriores de éste comienzo de mes, hoy el sol había decido mostrarse por completo y no detrás de una grisasea nube; Minwoo pensaba que ésto era a causa del doctor de bonitos ojos, su presencia hacía que los días fueran mejores.
Pero lo que realmente hace diferente este día, no es porque simplemente el doctor sea maravilloso, sino porque hoy hace 28 años, el doctor Kim Seokjin hacía el mundo maravilloso con su llegada a éste.

—¿Que harás hoy? —Preguntó Namjoon después de abrazar a su hermano mayor.

—Trabajar, eso es seguro. —Rió.

—¿Y más tarde? ¿Pasarás un rato con Minwoo? —Seokjin negó y entró al ascensor que acababa de abrir sus puertas: —No estoy segurl de que sepa que es mi cumpleaños, pero no importa, de igual manera no podríamos hacer nada con ella delicada.

—Pero no lo está. —El doctor de cabellos oscuros detuvo las puertas del ascensor y miró a su hermano extrañado. —Minwoo ha estado más que fuerte éstos últimos días, no sé si esté permitido que salga, pero al menos puedes pasar un rato con ella. —Las puertas cerraron y Seokjin sonrió con los labios; su cuerpo giró y caminando lentamente por el pasillo, llegó al escritorio de Taehyung: —¿Has visto a Minwoo? —Preguntó sacando al enfermero de sus pensamientos.

—Hola, doctor. Estoy bien, gracias por preguntar. —Respondió con ojos que fingían molestia.

—Lo siento. Hola, Taehyung, ¿Cómo estás? —Rió el doctor y sonrió al ver que Taehyung cambió su expresión a una más sonriente. —¿Has visto a Minwoo?

—Está con Nayeon, al parecer están jugando con los niños que recientemente llegaron a éste piso. —El enfermero señala el pasillo que dirige hacia la sala en la que la rubia se encontraba junto con Nayeon. —Siga derecho y cuando escuche niños riendo y gritando, ahí es.

Después de que el doctor le sonriera y agradecería al castaño, caminó por el pasillo y esperó a que el sonido de niños felices lo guiaran a Minwoo.
A la sonriente y brillante Minwoo.

Es un hecho que la rubia artificial, es realmente bonita, con tan solo verla caerias enamorado; pero, eso no hace a Minwoo única. Lo que la hace única es la forma en la que brilla, la forma en la que su sonrisa te da un enorme comfort y una gran sensación de bienvenida. Sus ojos sonrientes y su amable voz al hablar, te mantendrán con el deseo de toparte con ella al menos una vez por los pasillos; la forma en la que hace amigos en un solo instante y la forma en la que se interesa en ellos.
Minwoo no tenía encantados a todos en el hospital por su belleza, al menos no del todo, Minwoo, tenía encantados y enamorados a todos en el hospital, por su forma de ser.

Y el doctor está seguro de que no solo es en el hospital, sino que ha sido en todos los lugares en los que ha estado.

—¡Doctor! —Exclamó Minwoo con una sonrisa al mirar al mencionado en la entrada. Su silla rápidamente comenzó a caminar hacia él y con los abrazos abiertos, esperó guardalo entre ellos con un abrazo. —¿Por qué no me dijo que es su cumpleaños? —Dice con el ceño fruncido después de haberle recibido con ese cálido abrazo.

—No creí que fuera relevante. —Ríe y levanta los hombros.

—Lo es, y mucho. Nayeon fué la que me dijo y no he parado de pensar como haré para que el comedor sirva pastel de postre.

El doctor sonríe con los labios y las mejillas sonrojadas, mientras baja la cabeza: —No es necesario que hagas eso. —Dice mirando los ojos de la rubia. —Pero, quería ver si podrías y querrías pasar tiempo conmigo, ya sabes, en forma de celebración.

Minwoo sonrió y asentó de inmediato: —¡Encantada!

☁☁☁

Pero no fue hasta ya muy tarde cuando el doctor Seokjin buscó a Minwoo en su cuarto, ella ya estaba durmiendo, pues creyó que algo más importante se atravesó en el camino del dulce doctor.

—Minwoo... —Susurró entrando. —Woo, ¿Estás dormida? —Cerró la puerta y caminó lentamente hacia la cama donde descansaba la nombrada.

Minwoo, entre sueños miraba pequeñas luces que caminaban hacia ella en la oscuridad de su cuarto, mientras escuchaba la voz del doctor pronunciar su nombre.

—¿Doctor? Creí que ya no lo vería. —Dice frotando sus ojos y acomodando su cuerpo para sentarse en la cama.

—Siempre encontraré la forma de cumplir todo lo que te prometo.

—No prometió estar aquí. —Dice sonriendo. El doctor sonríe también: —Mi corazón sí.

Minwoo después de sonreír sonrojada, niega con la cabeza al mirar el pastel con pequeñas velas en la mesa que está junto a su cama: —Se supone que yo debí traer el pastel, es su cumpleaños, no el mío.

—Suficiente tengo contigo. —Minwoo toma el pastel y al ponerlo frente a él, le dice: —Pida un deseo.

Con una sonrisa, cierra los ojos, junta sus manos y desea en un susurro realmente silencioso: —Ahn Minwoo, siempre va a ser mi único deseo.