Día 151.

1.1K 152 16
                                    

—La florería no tenía margaritas, pero me parecieron bastante lindos éstos girasoles. ¿Te gustan? —Seokjin después de acomodar dichas flores en el florero que está sobre la mesita junto a la cama de Minwoo, la miró para saber que pensaba de ellas.

—Son preciosas. —Dijo sonriendole al doctor y éste se sintió satisfecho.

—También, Dahyun me pidió que te diera ésto y me dijo que te deseara un feliz cumpleaños. —Minwoo tomó la pequeña caja que su novio le ofrecía y después de abrirla solo rió y movió la cabeza. —Creí que tu cumpleaños era mañana, menos mal que compré las flores sino me habría visto muy mal.

—Es mañana. —Tranquilizó al que aún arreglaba los brillantes girasoles.

—Que alivio. —Dijo riendo. —¿Que te regaló?

Minwoo miró como el doctor se sentaba a su lado y la miraba con atención: —Es algo que siempre dijo que me regalaría durante el tiempo que trabajé en la florería, pero lo olvidaba todos los años.

—Vaya, eso me resulta demasiado familiar. —Minwoo rió al escuchar al doctor burlarse de él mismo.
Después, la pronta cumpleañera le mostró el contenido de la pequeña caja y Seokjin sonrió al mirar el pequeño collar con aún más pequeñas flores dentro de éste. —Es demasiado lindo. —Dijo sin quitarle la mirada. —Apuesto que se ve maravilloso en tu cuello, déjame ponértelo.

Seokjin tomó el collar y después de que Minwoo dejara su cuello libre de la mascada que tiene su cabeza, dejó que el collar comenzara a vivir en su cuello y en sus muy notorias clavículas.

—Te ves... radiante. —Minwoo sonrió con los labios en cuanto escuchó al doctor. —Ahora me preocupa que mi regalo no sea tan hermoso como ese.

—No necesito un regalo. —De inmediato dijo Minwoo. —Creo que con tan solo tenerte, lo tengo absolutamente todo. —Seokjin no notó en que momento sus ojos comenzaron a llenarse de pequeñas y no muy notorias lágrimas. —Celebrar mi cumpleaños no es algo que quiera hacer ahora, no creo que tenga mucho sentido celebrar la vida en una situación como ésta.

—Vamos, Woo, no digas eso. —El cirujano no quería que algo tan lindo como lo es un cumpleaños sea algo triste para Minwoo. —Tus padres vendrán a verte, Taehyung tiene un regalo para ti, igual que Nayeon, el doctor Namjoon y todos aquí. No les quites esa emoción.

Minwoo juntó los labios y movió la cabeza: —Tienes razón. —Dijo sonriendole. —Me prometí vivir más. —Minwoo recordó el par de palabras que escribió durante la madrugada en una de las hojas de su diario.

—Perfecto. —Sonrió Seokjin levantándose. —Tengo unos cuantos asuntos que atender, pero espero verte en un rato. —Los labios del cirujano cayeron sobre la frente de Minwoo y comenzó su camino a la salida. —¿Minwoo? —Miró a la nombrada antes de salir del cuarto.

—¿Que pasa?

—Recuerda que hoy también es un buen día para luchar contra la muerte.

—Por completo. —Sonrió y permitió que su novio saliera a los pasillos.

Aún si Minwoo se prometió vivir más, no tenía mucho por dónde empezar.
Su vida era una toda una rutina; por las mañanas esperaba que Nayeon llegara y le diera su dosis diarias de terribles medicinas, después esperaba la furtiva visita de Seokjin y después de que éste se diera cuenta de que ya era tarde, salía a los pasillos para conversar con Taehyung. Después de dar un pequeño paseo por el jardín con éste, regresaban a su piso y esperaban a que la hora de comer llegara; si el apuesto cirujano estaba libre se encontraba con él en el comedor, sino, lo vería un par de horas después en su cuarto para conversar más. Y cuando se da cuenta, el día terminó, ya no hay nada más que hacer.
¿Que hay de vida en esa rutina?

152 días. › 𝗞𝗶𝗺 𝗦𝗲𝗼𝗸𝗷𝗶𝗻.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora