Día 90.

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Yo tengo alguna idea, como todo hombre, de lo que son dos ojos que nos aman, cuando uno se va acercando despacio a ellos. Pero la luz de aquellos ojos, la felicidad en qué se iban anegando mientras me acercaba, el mareado relampagueo de dicha —hasta el estrabismo— cuando me incliné sobre ellos, jamás en un amor normal a treinta y siete grados los volveré a hallar.

“ La meningitis y su sombra. ” Horacio Quiroga.

Taehyung se veía completamente sonriente, igual que Jungkook: —Osea que, ¿Están saliendo? ¿Cómo una pareja de novios?

Minwoo asintió con labios sonrientes.

—Se puso celosa de nuestra relación. —Dijo Jungkook mientras tocaba el costado del enfermero con su codo, provocando que éste solo riera tímidamente.

—No digas eso, Kook. —Habló Taehyung con risas en los labios. —Woo y el doctor Seokjin ya iban por ese camino, le hubieras dicho o no sobre lo nuestro a Woo; ellos ya estarían aquí de igual manera. —Jungkook le sonrió a su novio y después miró a Minwoo, y con no tanta discreción le susurró: —Te pusiste celosa, lo sé. —Minwoo solo rió y Taehyung rodó los ojos riendo también.

—Espero que no le digan a nadie. —Habló Minwoo con un poco de seriedad. —Para evitar problemas, ya saben. —La pareja frente a la que aún sigue en cama, asintió.

—Ni siquiera tienes que pedirlo, Woo. —Jungkook sonrió. —Taehyung y yo guardaremos su secreto, siempre y cuando tú guardes el nuestro.

☁️☁️☁️

Minwoo adoraba la manera tan peculiar que Seokjin tiene para comer; no hacia ruidos y con delicadeza succionaba cada uno de los fideos del ramen que tiene su plato y después sonreía, como si la comida le hiciera feliz.

Y así como Minwoo sonreía al mirar a Seokjin comer, éste sonreía al mirar como Minwoo disfrutaba de su postre.

—Una vez Jungkook me dijo que amas el pastel de fresas. —Minwoo sonrió y asintió con ojos felices.

—Demasido.

—También me dijo que le alegra que por fin tengamos algo. —Minwoo dejó de sonreír, incluso de masticar el pastel que había dentro de su boca: —Seokjin, no quería ser chismosa, solo quería que supieran mis amigos...

—No es un reclamo, Woo. —Se adelantó Seokjin, provocando que Minwoo le mirara apenada. —De hecho, me alegra mucho que les hayas contado, yo también ya le he contado a alguien.

—¿En verdad? —Seokjin asintió: —Tu oncólogo cree que ya era tiempo y Nayeon se alegra mucho por el que haya encontrado a alguien que me haga feliz.

—¿Alguna vez saliste con ella? —La pregunta de Minwoo no era de modo celoso o para cuestionarlo, solo era eso, una pregunta. Y Seokjin lo sentía así; por lo que, respondió con total naturaleza.

—Solo un par de veces. —Dijo y Minwoo ladeó la cabeza, como si todas sus sospechas fueran confirmadas. —Pero, queríamos cosas diferentes, teníamos horarios diferentes y formas de pensar también diferentes; lo único que podría decir que nos unía era el estar trabajando en el mismo hospital. —Rió. —Nos dimos cuenta de que solo trabajando era como funcionabamos, por lo que, decidimos seguir como estábamos.

—A veces sentía que ella tenía sentimientos por ti.

Seokjin levantó los hombros: —Tal vez si era así, pero no podía obligarme a estar en un lugar donde no me sentía cómodo solo porque ella sentía algo por mi, ¿No crees?

—Solo la lastimarías y tú te cansarías. —Seokjin asintió, para después mover los platos de Minwoo a la mesa: —¿Quieres algo más? —Preguntó.

Minwoo negó.

Seokjin regresó al sillón después de acomodar todo, y recargando sus codos en la cama para después descansar su rostro en sus manos, miró a Minwoo.

—¿Esa mascada es nueva? —La de piel pálida sonrió: —Me la regaló Eunwoo. ¿Te gusta?

—Me fascina. —Dijo el cirujano sin moverse de su posición, haciendo que Minwoo sonriera y se sonrojara. Pero, ella no iba a ser la única sonrojada después de que Seokjin hiciera lo que sus tortuosos pensamientos le pedían.

Seokjin dejó de estar en la posición en la he estaba, se acercó un poco más a Minwoo y después de poner la palma de su mano en la mejilla derecha de ésta, la miró con ojos de amor.
Él deseaba pedirle que pudiera besarla, pero sabía que si intentaba hablar, su confianza se iría; por lo que, acercó su rostro al de Minwoo, sonrió al sentir su nariz en la suya y después, la besó.

Los labios resecos de Minwoo recibieron el beso con total aceptación, incluso como si fuera algo que necesitaban para volver a la vida.

Y como si no fuera mucho, Seokjin sonrió en los labios de Minwoo y susurró para después regresar a sus labios: —Te amo, Minwoo.

Y como si no fuera mucho, Seokjin sonrió en los labios de Minwoo y susurró para después regresar a sus labios: —Te amo, Minwoo

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152 días. › 𝗞𝗶𝗺 𝗦𝗲𝗼𝗸𝗷𝗶𝗻.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora