152 días. › 𝗞𝗶𝗺 𝗦𝗲𝗼𝗸𝗷𝗶𝗻.

Día 120.

Día 83.

Minwoo agradecía todas las atenciones del doctor Namjoon, así como las de Taehyung y Nayeon, sobre todo las de Seokjin; pero, si pudiera elegir quedarse con una sola, elegiría a Jungkook.
Sobre todo y todos.

¿Por qué? La respuesta es más que sencilla. Comprende su sentir, y apesar de eso, jamás se ha atrevido a decir un “te entiendo completamente.” cuando ésta le habla sobre sus dolores, pesares y temores, porque sabe que nadie comprende a nadie en su totalidad.

La situación actual de Minwoo no era sencilla, para nada; por lo que su día se sentía completamente mal, pesado y demasiado deprimido. A tal grado de pensar en que la muerte ya susurraba su nombre.

—¿Que dirás? —preguntó Minwoo haciendo que Jungkook frunciera el ceño.

—¿Aún seguimos hablando de la nueva canción de Justin Bieber?

Minwoo rió y negó con la cabeza: —¿Que dirás el día de mi funeral? Tienes que decir algo, eres mi mejor amigo. —Jungkook, apesar de mirar la sonrisa de Minwoo, sentía como su pecho sentía un gran peso. Él en todo el tiempo que ha vivido con el cáncer, jamás se ha puesto a pensar en quien hablaría y diría en su funeral, ¿Por qué Minwoo si?

—Woo, no digas eso... —Dijo con un rostro serio y preocupado.

—Jungkook, seamos realistas, mi tiempo definitivamente es cada vez menos. No tengo idea de si pasaré éste día. —Los ojos de la que hablaba le hacían saber a Jungkook qué su preocupación era mucha, y era real. —Por favor, dime, ¿Que dirás en mi funeral? Ese día no lo podré escuchar, por lo que me gustaría saberlo ahora.

—Minwoo...

—Por favor. —Insistió la nombrada una vez más.

Y Jungkook suspiró: —Yo tampoco quería que se fuera. —Comenzó a hablar, solo que no fué capaz de mirar a Minwoo a los ojos. —También fué mi amiga,la única aquí. Muchas veces era demasiado pesimista, pero jamás permitió que nos sintieramos sin esperanza.

Minwoo sonreía, porque sino rompería en un terrible llanto.

—Jamás me lo dijo, pero estoy seguro de que lloraba por las noches antes de dormir porque sentía miedo de ya no despertar. —Jungkook siempre amaba ser el primero en todo, pero odia ser el primero en llorar. —Lamento tanto el hecho de que su vida haya terminado así, cuando ella merecía una vida llena de luz y alegria; pero, aún si ella no siempre sintió alegría o veía las cosas con mucha luz, digo con total seguridad que, no hubo día en el que su sola presencia no nos haya hecho sentir afortunados de haber conocido a Ahn Minwoo. Pues, ella en medio de su dolor, nos llenaba de gozo y felicidad.

Silencio.
Entre las escondidas lágrimas de Jungkook y los retenidos chillidos de Minwoo, no hubo más que un silencio triste y demasiado depresivo.

—¿Crees que eso esté bien? —Preguntó Jungkook miles de segundos después. —Creo que es muy cursi, tal vez deba cambiarlo.

—No. —Rió Minwoo mientras limpiaba las lágrimas que se colaban entre sus pestañas. —Está perfecto. Gracias, Kook.

Jungkook sonrió y de inmediato preguntó: —Y si yo muero primero, ¿Que dirás? —Minwoo ni siquiera esperó a que éste terminara su oración porque ya estaba negando.

—No, no, no. Jungkook, ¿Que no ves? Tú saldrás de ésta, es seguro. —Los labios del de silla de ruedas solo formaban una mueca. —No diré nada, porque no morirás. Tú saldrás de éste hospital y vivirás la vida que mereces. ¿Entiendes?

Jungkook sonrió sintiendo agradecimiento por el hecho de que Minwoo le deseara una larga vida; pero, eso no quita el hecho de que se sintiera más enfermo que antes.

☁️☁️☁️

Después de casi 3 años de lucha constante con el cáncer, Jeon Jungkook, el dulce chico de silla de ruedas, falleció.
Y aunque él jamás pensó de que manera le hubiera gustado morir, lo hizo con la que muchos querríamos. Murió durmiendo.

La noticia hizo mucho ruido en el hospital, más allá de los llantos de su familia, amigos y novio; todos pensaban que Jungkook estaba en el mejor momento de su enfermedad. Se veía sonriente, fuerte y algunas veces demasiado sano, como si su única desgracia fuera el ser paralítico.

Jungkook jamás creyó que todas esas historias sobre personas que sienten su muerte fueran reales, pero no sabía cómo describir ese sentimiento de dudar sobre el futuro.
Por algún tiempo se vió viviendo varios días, meses e incluso años de su vida; pero ahora, cuando comenzaba a pensar en que pasaría mañana, no podía. Cómo si algún tipo de señal le dijera que no había paso más allá del presente.

Por eso, hablaba más con Minwoo, revelaba secretos que prometió guardar, confirmaba los sentimientos que tenía por Taehyung y abrazaba sentimentalmente a sus amigos.

Él no sabía si moriría o no, pero estaba listo por si llegaba a suceder.

—Jamás creí que existiera alguien que fuera feliz apesar de sus desgracias, ni que se mostrara optimista por el futuro. —Minwoo veía el ataúd con la esperanza de que éste fuera no más que una mentira. —Jungkook siempre fué él, porque sabía que no había nada mejor que eso. No tenía miedo a decir lo que pensaba ni de hacer lo que creía que era conveniente; porque sabía que, todo siempre saldría a su favor.

Pero todo era completamente real. La madre de Jungkook lloraba desconsoladamente en el hombro de su esposo; en la parte trasera estaba Taehyung con lágrimas infinitas en sus ojos y dolor en sus labios, sin importarle las gotas de lluvia que caían sobre él.

—Hace un par de días, le pregunté a Jungkook que era lo que iba a decir en mi funeral. —Minwoo no tenía idea de como es que seguía hablando. —Pero cuando él me preguntó que sería lo que yo diría si él se fuera primero, me negué por completo; porque no creí que fuera posible, porque se veía con más fuerza de la que todos hemos llegado a tener en nuestros mejores días y, porque no quería imaginar un mundo donde Jungkook no estuviera.
Pero, aún si ese día no dije nada, sé que Jungkook sabía que es lo que diría; y me habría hecho cambiarlo porque de ninguna manera habría querido que dijera que era un desgraciado lleno de felicidad. —Rió haciendo que las lágrimas que vivían en sus labios, entraran en su boca y pudiera probar lo amargo que era su llanto. —Me alegra saber que lo último que Jungkook escuchó de mi fué un “Agradezco que tú hayas sido mi primer y único mejor amigo en éste mundo.”, pero lamento no haberlo abrazado una vez más.