Capítulo 12

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POV's ASPEN BACH

No es el día perfecto para la visita de su tumba, pero no he podido venir ningún día desde que me han dado la libertad. Literalmente. 

No han sido fáciles ese mes en mi cabeza. No dejaba de pensar en ella; no solo yo, si no, todas las noticias de su muerte, habían puesto a varios sospechosos en el punto de mira; y sí, yo era uno de ellos. 

He sido la última persona que ha estado en contacto con ella desde que se fue de vuelta a Texas. Pero tras varios interrogatorios no han conseguido sacar nada de mí. Básicamente, porque tampoco entiendo lo que ha ocurrido. 

Recapitulo el último día que la vi; analizando cada palabra; lo recuerdo bien: Alguien la estaba persiguiendo: Su padre. 

Eso le dije a las autoridades, ellos posteriormente lo corroboraron tras revisar el teléfono móvil.

No había mas pruebas de lo que había ocurrido; un disparo en las ruedas del coche, provocando que el vehículo se fuera al arcén y perdiera el control. 

Sus familiares mas cercanas no han dado declaraciones, pues una está en el centro psiquiátrico y la otra mujer visita a su marido; que se encuentra fuera de peligro, a pesar de que sigue en coma. 

Mi mayor sospecha es su abuela, no ha sido sincera con nadie, creando un falso amor que todos han decidido volcar su confianza; pero no ha calado en mí.

La lápida se encuentra agrietada, un mármol de segunda mano, las letras estaban mal colocadas, a pesar de ser reciente su muerte se encuentra el entorno una imagen desfavorable; incluso ella se merecía algo mejor que esto. Saqué de mi bolsillo las pocas letras que he podido permitirme con mi sueldo de camarero de un lugar de mala muerte, en dónde me acogieron como uno mas. También compré un pequeño tarro de pegamento para arrancar las letras de su lápida y limpiarla. 

Con todas las letras y números en mi poder las coloqué lo mejor que pude; para conseguir poner: Arte Seven Voltaire. Dejando la fecha de su muerte y poco más; por ella arranqué la frase: Tus familiares te amaran siempre.

Quité las malas hierbas que habían crecido alrededor de ella. Limpié la suciedad de todo el mármol. Dejando unas pequeñas flores, las que pude permitirme. 

A pesar de se un constructo social, no quería venir sin las manos vacías a verla. 

Puede que en otra vida estuviéramos conectados y por eso llamaba mi atención. Si es así me alegra haberla visto en esta vida y espero volver a encontrarla en la siguiente. Artis siempre ha dicho que me atraía más que sexualmente y puede que esté en lo cierto. Aunque nunca le diré las palabras: "Artis, tenías razón". 

He de admitir que ahora, pensando en todo lo que no entendía de ella, sé lo que llamaba mi atención; pues me recordaba a la idealización del amor de la que hablaba mamá siempre.  

Me gustaría preguntarle a mi madre que debería hacer, que es lo que debería sentir en estos momentos, además de enfado. 

La alarma de mi teléfono me hizo volver a la realidad, tendría que entrar al trabajo en media hora. 

Me dirigí a la salida del cementerio. A pesar de la luz y el calor que había en el ambiente no dejaba de sentir lo lúgubre de el lugar. No me encontraba solo; algunas personas de avanzada edad dejaban sus muestras de afecto transformadas en flores de todos los colores. 

¿Que diría ella si me viera en estos momentos? Seguramente que me veo patético. No se lo negaría, es cierto, pero me vuelve a pasar como en el pasado, todos me abandonan; mi padre tenía razón, todos los que consiguen acercarse a mí, acaban desapareciendo. Estoy empezando a creer que esas estupideces del karma existen y mi destino es estar solo. 

PINTURAS ROJASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora