PINTURAS ROJAS

Capítulo 26

POV's ARTE SEVEN VOLTAIRE

Después de haberme encontrado con el hombre enmascarado, todo han sido ventajas. Me ha ido proporcionando mi dosis diaria de medicación, eso me hace estar cuerda las veinticuatro horas del día.

Lo que me parece fuertemente criticable es que me mantiene aquí, totalmente sucia y desatendida. Que seres más egoístas hay en este lugar.

Los sonidos de pasos se hacen presentes a lo largo de lo que recuerdo que es el pasillo. Vienen dos personas, porque los pasos no son regulares y conforme se vana acercando más escucho las voces de dos personas.

Será interesante; una voz es sutilmente más aguda que la otra, por lo que me da a entender que es una voz femenina, pero puede que me equivoque. 

Aunque pensándolo bien, ¿cuándo ha ocurrido eso?

La puerta fue abierta y entró la misma persona enmascarada de siempre, con la diferencia , cómo dije, se encontraba acompañado de otra persona persona. 

La persona desconocida era la que cargaba esta vez la bandeja; me miraba como si fuera un animal peligroso, eso me duele en mi ego. 

Al igual que el compañero estaba totalmente tapada al igual que vestida de negro, pero algo que no cumplía era que me dejaba a la vista la parte de su vista, la cual confirmo de que es cien por cien una mujer.

Sus manos temblaban sutilmente, puede que por el miedo que le transmito, o por el respeto que le tiene a la rata de Artis o en un porcentaje más bajo; que sufra de Parkinson. 

Mi cómplice le enseñaba cosas, pero de manera 'secreta' como si realmente fuera peligrosa. Aunque me da la sensación de que lo que está haciendo es algo totalmente diferente a lo que pienso. 

— ¿Le estás mostrando a la becaria lo que debe hacer para que la persona que tenéis secuestrada esté totalmente servida y que no dé quejas a la recepción?

— No le hagas caso, nunca se escucha a lo que dice.- susurró en su oído, pero ahora sí lo pude escuchar. No puede evitar reírme. 

Por órdenes de el experto, dejó la bandeja en el suelo y se fueron sin ni siquiera dirigirme una mirada. Me parece algo rastrero después de todo lo que me he cayado por él. Sería una pena que Artis se enterara de esto. Siempre y cuando deje vivir a esa rata asquerosa que se hace llamar mi hermano.

La pared ya me estaba resultando aburrida, terminé mi comida e incluso me dio tiempo a dormir unos minutos, aunque aquí metida no controlo bien el tiempo de lo que hago, me pone nerviosa pero al mismo tiempo no siento enfado dentro de mí. He contado setenta veces los mismos bloques de hormigón. Me levanté para agarrar todos los trozos de madera del suelo. 

Tampoco vinieron a recoger el destrozo que hay en el suelo, puede que haya sido culpa mía pero su obligación es mantener el lugar habitable. Aunque, ¿qué esperar de una personas que no me pusieron ni un colchón en el cual dormir?

El detalle es que me dejaba ir al baño que se encontraba cerca de la habitación. Solo tenía que tocar la puerta para que la abrieran. El hombre enmascarado se encontraba siempre al otro lado, por su bien yo también lo haría. 

Caminé alrededor de la habitación, sin observar nada en particular, solo golpeando los trozos, que en su día, eran una silla de madera. 

Mi cabeza daba vueltas sobre cuando tenían pensado soltarme. Ahora que me encontraba totalmente cuerda no tenía ni la más mínima intención de unirme a los planes de este ser.