19. Quédate con él

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Joel se dejó caer por la pared y acunó su rostro con frustración. Fue inevitable que algunas lágrimas quisieran salir, pero se contuvo y trató de hacerse el fuerte nuevamente. Quizás era lo que faltaba para decidirse a terminar con esa relación que tanto estaba afectándolo. Entendía que las discusiones eran normales, pero él no podía meter a sus amigos y a su familia en el problema, era inmadurez.

Sonrió cuando sintió el acogedor abrazo del moreno, sentía la sinceridad en él. No iba a permitir que Erick inventara cosas de personas que habían estado siempre para él. Aún no cabía en su cabeza cómo era que su noviazgo se había ido a la mierda de pronto un día. ¿Qué había salido mal si todo parecía ser tan perfecto?

—En algo tiene razón —levantó la mirada y le puso atención a Richard —, quiero separarte ahora de él, no te hace bien todo esto.

—Bueno, Joel, ya que no nos han dejado dormir más —Julieth comenzó a hablar en todo divertido, a lo que el rizado hizo una mueca de arrepentimiento —, pues quería reiterarte lo del trabajo.

Asintió lentamente y supo que ya estaba bastante claro, siguiera o no su relación, no pensaba irse otra vez.

—Continúo, gracias por la oportunidad —sonrió débilmente.

Ella asintió con una sonrisa amable y salió, dejando a los amigos solos. Frotó sus ojos con pereza y casi cayó al intentar evitar chocar con Ana. Bostezó y levantó una ceja al ver la expresión extraña de la rubia.

—¿Qué pasó?

—Nada, yo iba a dormir —Ana sonrió inocentemente y cerró la puerta de su habitación, que compartía con su ahora íntimo amiguito Cristóbal.

En el otro cuarto, Joel se levantó del suelo y decidió salir a caminar una rato y tomarse un café para que lo hiciera sentir un poco mejor. Su mañana ya había sido terrible, al menos quería que el resto del día no lo fuera. Richard decidió acompañarlo y no hablarle más del tema.

Se sentaron en una de las mesas del fondo, donde pudieron tratar de hablar nuevamente como los buenos amigos que eran y querían seguir siendo. Claramente estar tantos meses sin hablar afectó la relación, pero se sentían en la capacidad de recuperar esa confianza y esa naturalidad al hablar.

Al moreno simplemente no le cabía en la cabeza que todo hubiese cambiado tanto, años atrás estaba su amigo feliz con su novio, poco tiempo después estaba sufriendo con él, luego dándole otra oportunidad, y finalmente pensando en terminar la relación. Todo era inverosímil, pero en cierta parte agradecía que hubiera abierto sus ojos a tiempo.

Ahora solo restaba esperar si en verdad tomaba la decisión, porque considerando que era Joel, pues había todo posibilidad de que le diera otra oportunidad. La ingenuidad de su amigo ya la conocía.

—Mi mamá me dijo que no quería ver más a Erick —el rizado sonrió mientras seguía contando —, como sea, el hecho es que todo está bien.

—Me alegra, Joe, también extraño hacer visitas en esa casa hasta la media noche.

—Eran ventajas de estar soltero —ambos rieron suavemente.

—Te alejaste de todos por Erick —el tono de Richard no era de reproche, pero logró que su acompañante se incomodara.

Joel bajó la mirada y asintió lentamente, quizás era momento de aceptar que su vida parecía ser tan perfecta con el ojiverde, que pensó que jamás iba a necesitar más compañía. Llevaba bastante tiempo sin ver a sus otros amigos, y era necesario aceptar que fue él quien se alejó de los demás.

—Lo sé —bajó un poco el tono de voz —, pero fue porque mi vida se volvió más ocupada.

—Sabes bien que fue porque a Erick le daba celos verte con todos.

Una Oportunidad ||Joerick - Virgato|| TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora