25. Regreso

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Como en toda celebración, hubo más de una persona borracha, entre ese grupo se encontraba Cristóbal y el padre de Christopher. Algunas mujeres habían salido a la pista para llamar la atención de lo demás bailando, unas de forma sensual, otras de forma más común, pero todas alegres.

Erick se había quedado hablando con Joel y con Christopher, se sentía totalmente humillado, pero no tenía nada más para hacer y soportar las dos horas restantes. Tenía sueño, no había podido dormir bien por los problemas que había tenido con el rizado, eso le estaba cobrando factura. Cansado y con el animador retándolo a salir a hacer un baile ridículo que le mostraba una chica. No quería ser aguafiestas, así que aceptó y realizó el reto con desgano.

Luego fue Joel el retado a hacer mímica con la letra de una canción, si no, también tendría que hacer algo ridículo. Él sí ganó, después de todo, ¿quién no se sabía "China"? Quizás era él quien tenía la mente en otro mundo, no poder cantar "Noviembre sin ti" era vergonzoso para él, quien era fan de ese tipo de música.

Insistía, Christopher hubiera podía ser su amigo en otras circunstancias.

—¿Qué te traje a ti? —pero tuvo que meterse con Joel... —. Erick, ¿qué te traje a ti?

—¿Cómo? —levantó la mirada y vio que el castaño se refería a la copa —. Ah, no sé, no identifiqué el sabor.

—Quise elegirlos al azar, pero no pude resistirme al delicioso sabor del agua —lo vio sonreír como niño pequeño —, lo elegí para mí.

—Esto sabe a limón más que a nada, pero tampoco sé qué es con seguridad —Joel intervino con una mueca de que probablemente estaba muy ácido.

—Te vas a poner muy borracho, hazme caso y no te bebas más eso —Erick abrió la boca a medias, se notaba en su tono la pereza y el sueño.

Estaba sentado en una esquina, tenía su cabeza apoyada en sus brazos, mirando a sus dos acompañantes. Cualquier persona que lo viera desde lejos podría asegurar que estaba loco, miraba al castaño como si quisiera exterminarlo, pero le hablaba de forma amable y amistosa. Había rencor de por medio, por supuesto, eso lo sabía Christopher y lo aceptaba Erick. Tal vez era Joel quien estaba más incómodo, pero no dejaba que eso se notara. ¿Quién no?, tenía a la persona con la que se había besado minutos antes y a la persona a quien le había terminado el día anterior.

—No creo que contenga mucho alcohol, pero tienes razón, es mejor que deje de tomarlo.

—A mí me va a emborrachar el agua, pero mí reacción al alcohol es dormirme.

—La mía también —el ojiverde le sonrió de forma sincera a Christopher por primera vez.

—Ajá, dormirte con el primero que se te pase por el lado —Joel comentó con gracia, pero todos ahí sabían que en parte era cierto —. ¿Volvemos ya?, la verdad es que ver a Erick con esa cara de pereza me produce ganas de dormir por mil años.

—Me parece perfecto, y creo que a Erick no hay necesidad de preguntarle —Christopher miró al ojiverde y rio suavemente al verle la cara de dormido que se traía.

—Por mí me teletransportaría en este mismo momento.

Los tres se levantaron, el rizado quizá menos incómodo que antes, pues depués de que Erick supiera todo, era la primera vez que los veía interactuar de forma tan natural, como si fueran amigos. Sabía que el de la actitud despectiva era el menor, y quizá con justa razón, pero verlo hablar con Christopher en ese momento era extraño. Esos eran milagros que no duraban, y sinceramente no podía imaginar cuánto duraría, pues como ya había mencionado, el problema no era el castaño, era Erick.

Pidieron un taxi por medio de la aplicación y se sentaron en una banca mientras llegaba el vehículo. De nuevo Christopher sentado junto al ojiverde, empezaba a creer que el menor estaba borracho, lo estaba tratando con total confianza. Sacó el celular y le respondió a Yoandri, antes de que iniciara la acalorada hora loca estaba hablando con él, llevaban muchos meses sin verse.

—¿Sabías que Joel siempre ha tenido problemas cuando le digo las verdades de su amiguito Yoandri? —rodó los ojos, Erick no podía dejar su parte desagradable ni cuando estaba tomado.

—Ya vas a empezar otra vez, ¿no? —el ojiverde le quitó la mano del hombro a Christopher y llevó un poco el cuerpo hacia atrás —. Luego vienes a decir que todo es mi culpa.

—¿Lo de terminar?, eso es porque te dejaste meter cosas inciertas en la cabeza.

—Mejor quédate callado cuando estés tomado, no sabes lo que hablas y empeoras las cosas —Joel subió las piernas y las abrazó, tal como un niño pequeño abandonado.

—No estoy borracho, ni que hubiera tomado tanto —Erick rodó los ojos y observó a sus dos acompañantes, ellos también parecían incómodos.

Se acercó un poco al castaño y tiró la cabeza hacia atrás. Se preguntaba qué hubiera pasado si Christopher se hubiera metido con él y no con Joel, o qué hubiera sucedido si hubiese sido una persona más decidida y le hubiera quitado al rizado desde el principio. ¿Qué tenía de mejor él?, ¿sería su forma de tratarlo o su personalidad en sí? Él era una persona genuina y eso no lo podía negar.

Joel miró a Christopher, tenía una expresión de confusión, quizá por tenerlo ahí, tan cerca y como si fueran los mejores amigos del mundo. No estaba entendiendo la intención de Erick, no le daba confianza del todo. Reaccionó al ver que él también lo miró, que sus miradas se conectaron y cómo le sonrió. No tenía ni las mínima idea lo que vendría, pero al tener por seguro que él estaría en ese futuro, se sentía mucho más seguro.

Le devolvió la sonrisa, pero el momento fue interrumpido por el sonido de un auto, el taxi había llegado. El trayecto fue un poco largo, pero todos parecían estar metidos en sus pensamientos, reflexionando. Erick quería llegar y solo acostarse a dormir, se sentía mal, tal vez porque comprendió que Joel sí encajaba con Christopher para ser amigos, existía un posibilidad de que sí hubiera solo un cariño de amigos entre ellos, por más estúpida que sonara dicha idea quería convencerse de que era real.

Si aceptaba que no había algo más entre ellos, podía volver con el rizado, ya que uno de los factores que destruyó todo fue su propia desconfianza.

—Última noche juntos aquí —abrió la puerta y no pudo evitar recordar cuando solo estaba llegando con Joel también en la madrugada —. Linda estadía.

Los tres aportaron algo de dinero para pagar, aunque Christopher insistió en hacerlo él.

—En este lugar pasó más de lo que visto en mi vida —el rizado cerró su puerta y se dirigió a la entrada de la casa, siendo seguido únicamente por Erick.

Miró a Christopher y le preguntó qué sucedía, pero él solo le dio a entender con un ademán que después entraba. Llegó a la puerta de la habitación de Zabdiel y el ojiverde, le dedicó una pequeña sonrisa, y cuando se disponía a irse a la suya, lo tomó de un brazo y se acercó con intenciones de darle un beso. Joel volteó la cara y le dio un leve apretón en el hombro, lo que para el menor significó uno de los peores rechazos de su vida. Era la primera vez que lo veía decidido a terminar con él.

•••

—Feliz luna de miel, Juli —Ana sonrió de forma pícara y le dio un beso en la mejilla a su amiga —. Que la pasen súper, se les quiere.

—Adiós, hermanito y cuñadita —Christopher sonrió como niño pequeño cuando el auto de sus padres su puso en marcha junto a Ana.

Joel tomó la última maleta y la puso en el taxi, sabía que se venía lo último de su relación con Erick y eso no le agradaba, no por dolor, sino por la segura discusión que tendría con él. Se despidieron de la feliz parejita y por último agarraron los recordatorios. El vehículo arrancó y lo último que hizo fue mirar la piscina y preguntarse por qué no la disfrutó más. Apoyó la cabeza contra la ventanilla mientras observaba cómo poco a poco iba reconociendo lugares, iba recordando. Llevaba mucho tiempo sin ver esos alrededores, sinceramente no extrañaba mucho dichos tiempos.

Una Oportunidad ||Joerick - Virgato|| TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora