20. Estás dejándome por él

368 31 39
                                    

Joel llegó hasta su habitación y se deslizó por la puerta al haberla cerrado. Le dolía que Erick se hubiera aprovechado de su ingenuidad y supuesto amor que le tenía. Se sentía un estúpido por no haber terminado antes con una persona como él. Cada vez se decepcionaba más del ojiverde, estaba harto de los problemas que él le traía siempre.

Escuchó a Kathy pedirle que abriera, así que se levantó y giró la perilla. Cerró los ojos con fuerza cuando la sintió aferrarse a él como si se sintiera apoyada o segura de esa forma, olvidaba que ella estaba pasando por peores situaciones. Le correspondió el abrazo con una pequeña lágrima deslizándose por su mejilla.

—Nunca me amó —la mulata sollozó con dificultad.

—Supongo que a mí tampoco Erick.

Justamente el menor entró a la habitación, aprovechando que la puerta había quedado abierta. Kathy, al oír los pasos y verlo ahí parado como si nada, reaccionó violentamente, tratando de acercarse a golpearlo. El mayor la detuvo, tomándola por los hombros y evitando que llegara a Erick.

—¿Qué pasó?

—¡Maldito mentiroso, te odio, Erick! —ella se arrodilló mientras se descagarba en llanto.

El menor dirigió la mirada a Joel, preguntándole con esta qué era lo que pasaba, pero claramente lo único que encontró fue una mala mirada. Pasó saliva con dificultad, estaba considerando la idea de que ya supiera lo que había pasado entre Zabdiel y él. No quería perderla como amiga solo por eso, no le importaba el rubio, solo quería seguir con su vida y olvidar todo lo sucedido.

Joel sabía gran parte, pero el rizado seguía creyendo que solo fue una noche, no le convenía saber que en realidad se veían muy a menudo para tener sexo. Todo era mierda, estaba perdiendo a una gran amiga y a un gran novio solo por sus estupideces.

—Perdón —sus ojos se llenaron de lágrimas al ver lo infeliz que estaba siendo la mulata por su culpa —, de verdad lo siento.

No pudo hacer otra cosa que salir rápidamente de ahí, no soportaba esas miradas de reproche, porque sabía que tenían la razón. No le cabía en la cabeza que realmente estaría a punto de terminar con Joel por culpa de Zabdiel.

La puerta principal fue golpeada suavemente, Jonathan se levantó ansioso y la abrió, comprobando que eran sus padres. Christopher levantó la mirada al oír la inconfundible voz de su padre, en ese momento se tensó y no supo qué hacer. No contaba con ellos para estar ahí, no estaba listo para ser juzgado de nuevo por su propio papá.

Sonrió cuando vio entrar a su madre, se levantó y fue a envolverla en un fuerte abrazo. No era como si no hubiera hablado con ella algunas veces por celular, pero igual extrañaba tenerla en persona. Su padre pasó derecho mientras hablaba con su hermano, rodó los ojos y se propuso ignorarlo también.

Llamaron a todos para el almuerzo que había continuado haciendo Julieth, ahora se unían los padres del novio. Se notaba a kilómetros la tensión entre Zabdiel y Erick, a quienes les había tocado estar juntos por no haber más sillas para elegir. El rizado tenía cara de querer morirse, al igual que Kathy, uno por seriedad y la otra por expresión exageradamente triste.

En medio del aburrido almuerzo llegaron los músicos, quienes ensayaron al lado de todos con una canción elegida por Cristóbal. Lograron armonizar un poco el ambiente, ya que lo hacían bastante bien. Ana era la única que parecía estar alegre mientras hablaba con alguien por celular.

—¿Dónde harán lo de hoy? —preguntó Zabdiel, refiriéndose a las despedidas de solteros extrañas.

—En diferentes lugares, obviamente, pero será algo privado para que no haya peligro de lo que ya sabes —Jonathan rio suavemente.

Una Oportunidad ||Joerick - Virgato|| TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora