21. Despedida de soltero

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—Vamos, Joel, no te quedes aburrido aquí —Jonathan insistió por quinta vez en la noche, ya casi resignándose a irse.

—No estoy de ánimos, yo los espero.

—Erick sí va a ir, ¿te quedarás aquí solo?

—Promete que me dejarás dormir hasta tarde mañana —el rizado lo señaló con determinación —. Solo voy con esa condición.

—De acuerdo, hasta la hora que gustes —el contrario aceptó sin problema.

—Trato —Joel sonrió, satisfecho de haber logrado alargar su sueño.

Al inicio del día no se imaginó que pasaría tanto, no esperaba discutir con su novio, no sabía que habría una simulación de despedida de soltero, no pensó que estaría terminado con su relación, mucho menos que después se fuera de fiesta. Al llegar al departamento, todos se concentraron en las atractivas bailarinas que se encontraban en el centro de la sala, casi devorándolas con la mirada.

En la cocina había algunos tragos, pero los preferidos eran los que había en el refrigerador. Jonathan, Erick y Cristóbal estaban atentos al espectáculo, acompañados por unos cuantos chicos conocidos solo por el anfitrión.

—Se le pasó rápido la tristeza, ¿no?

Joel sonrió falsamente y dirigió la mirada a Zabdiel, quien estaba mirando a Erick con una sonrisa burlona. Suspiró y trató de ignorarlo, pero ya no tenía ganas de dejarse, ya no quería ser el idiota educado que se dejaba decir cuantas cosas quería la gente.

—De Erick se puede esperar lo que sea —trató de sonar calmado, lográndolo.

—Tú te metiste en el medio, Joel, por eso te tocó llorar —frunció el ceño y miró al rubio con confusión —. Yo no soy una mala persona, no me hace feliz verte infeliz.

—¿En el medio?

—Erick y yo estábamos empezando a sentir algo, pero llegaste tú —Zabdiel rio sin ganas —. Yo pensé que sería algo pasajero, que tú ibas a ser uno más en su vida. El problema para mí llegó cuando se fueron a vivir juntos. Todo se fue a la mierda.

—¡¿Y yo qué iba a saber?!

—Baja la voz.

—¿Tú... estás enamorado de Erick?

Joel temió por la respuesta, no porque realmente pudiera afectarle, sino porque sin darse cuenta estaba siendo rodeado de muchas personas falsas. Zabdiel decía ser su amigo, y aunque él nunca lo consideró una de verdad, sí llegó a apreciarlo bastante.

—Eso ya no importa, él tampoco es para mí.

—Él no está listo para una relación —concluyó —. Ni contigo ni con nadie.

—Brindo por eso —el mayor levantó una copa de vino.

Joel, a pesar de que ya no le agradaba Zabdiel, tomó el primer vaso de jugó de naranja que encontró, chocándolo con la copa. Ambos se dieron una última mirada antes de que Zabdiel se uniera al grupo de los que se deleitaban viendo a las chicas. Pudo ver las miradas incómodas entre ellos, entonces ahí supo que había un amor no correspondido, que Erick parecía ignorar lo que su amigo sentía por él.

Miró a su alrededor y sintió frustración cuando se dio cuenta de que era el único solo allí. No quería ir a mirar mujeres, tampoco ir a presentarse con personas que ni conocía y mucho menos acercarse a Richard, quien hablaba animadamente con Christopher. Tal y como lo imaginó, él era el que sobraba en dicha celebración.

Al parecer la única persona que tuvo compasión de su soledad y se acercó, fue Erick. Pasó saliva y trató de disimular la incomodidad, tampoco se trataba de ignorarlo.

Una Oportunidad ||Joerick - Virgato|| TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora