Una Oportunidad ||Joerick - Virgato|| Terminada

Final

Era viernes, ya estaba oscuro y una fuerte lluvia estaba mojando la calles. Joel tuvo que irse en el auto de Richard ya que no pasaban taxis y el Uber no llegaba. Pusieron la música a un volumen alto para que se escuchara sobre el ruido de las gotas caer, el rizado solo deseaba que no se atravesara un auto en el medio, no podrían verlo con facilidad por el agua que no dejaba observar con claridad al caer en el vidrio.

Le dio las gracias y bajó rápidamente para entrar sin mojarse tanto, no quería agarrar un resfriado. Subió las escaleras mientras se quitaba el saco que estaba húmedo y se lo colgaba en el hombro mientras llegaba adentro. Abrió la puerta y se paró en la alfombra para no mojar todo el suelo.

—Amor, llegaste —levantó la mirada al escuchar la voz de Erick —. Déjame ayudarte con todo eso que traes.

El menor se levantó y tomó lo que llevaba Joel en la mano. No estaba tan mojado, afortunadamente no parecían documentos importantes. Los puso en la mesa y se devolvió para ver si podía colaborarle con algo más.

—¿Qué estás haciendo aquí? —Joel frunció el ceño y cerró la puerta —. No recordaba que aún tenías la llave.

—Preparé la cena, sé que te gustará —el ojiverde sonrió y entró a la cocina para sacar un plato —. Si quieres cambiarte primero...

—¿Estás bien?

—¿Por qué lo preguntas? —el menor lo dejó en la mesa y corrió los papeles —. Siéntate

Joel negó con la cabeza y se acercó a su exnovio. Parecía estar hablando de forma genuina, tal y como si ignorara que ya no estaban juntos. Suspiró y se sentó, la camisa no estaba mojada y al pantalón apenas le habían caídos unas cuantas gotas.

—¿Tú no vas a cenar?

—Ya lo hice, perdón por no esperarte, la verdad es que pensé que ya no llegarías.

—La lluvia retrasó todo, ya sabes, el transporte no es lo mismo —Joel sonrió y el ojiverde imitó su acción mientras asentía —. ¿Esto qué significa?

—Bueno, llevábamos tiempo sin compartir un momento más... No lo sé, ¿especial? —el rizado desvió la mirada, era verdad, recordaba sus propias palabras pidiéndole tiempo juntos al menor hace meses —. Me desperté pensando en los monótono que sería mi día, entonces me pregunté por qué no hacer algo interesante hoy.

—Er, tú sabes que ya no estamos juntos —habló con voz suave, intentando lastimar lo menos posible al contrario —. ¿Te parece si cenamos como amigos?, al menos hoy.

—Adelante, no haré nada que tú no quieras.

Ambos empezaron a hablar de temas triviales mientras el rizado comía y el ojiverde le preguntaba cosas sacadas de Google cuando había silencios. Era característico de él, prefiería buscar en páginas antes que quedarse sin temas de conversación. A Joel le parecía tierno ver su interés en no dejar morir la charla, ¿realmente tenía que empezar a hacer las cosas cuando ya era demasiado tarde? Había luchado años para salvar la relación, pero Erick no ponía de su parte al principio, quizá luego fueron ambos.

—Recuerdo que la primera vez que fuimos a cenar juntos, mi padre nos siguió y se sentó a unas cuantas mesas —en el rostro de Joel se dibujó una sonrisa mientras recordaba ese día —. ¿Qué pensaba que íbamos a hacer para que nos espiara? —el tono de Erick salió más alegre en esa oración, tal vez porque le daba gracias, pensó el mayor.

—No lo sé, tal vez que te iba a pedir matrimonio o te iba a violar ahí mismo.

—No dudaría si piensa eso, lo conozco bien y tiene cosas extrañas en la cabeza —ambos rieron y Erick tomó la mano de Joel suavemente. El rizado la retiró con incomodidad, estaba nervioso y no comprendía la razón —. ¿Me prestas tu celular para llamar a mi mamá y decirle que estoy bien?, está quedándose conmigo y no le avisé que saldría, seguramente está preocupada.