Una Oportunidad ||Joerick - Virgato|| Terminada

26. Solo una vez más

—Joe, ayúdame con las maletas y yo voy desempolvando todo —Erick rascó su cabeza sin saber por dónde empezar.

—Las voy a dejar en tu habitación, ¿de acuerdo?

—Sí, como sea, tenemos mucho trabajo por delante —Joel desvió la mirada, al parecer el ojiverde no quería comprender.

Le ayudó lo más que pudo, era obvio que después de tantos meses la casa iba a estar hecha una suciedad por el polvo, pero jamás se planteó la idea de llegar allí a hacer aseo. La empleada no estaba, claramente, pero tampoco le molestaba darse a esa tarea de vez en cuando. Entró a la habitación cuando ya estaba casi todo listo y tomó la maleta que había dejado anteriormente y la dejó en un rincón, luego se dispuso a sacar otra y empezar a empacar lo básico de él, se llevaría solo las cosas personales.

Tenía muchísimas fotos físicas con Erick, metió algunas, pero las demás las dejó allí, no tenía intenciones de llevarse tantos recuerdos. El ojiverde se escuchaba en el baño, estaba tratando de aprovechar ese tiempo para alistar una gran parte de todo.

—Es nuestro último día de descanso, ¿qué quieres hacer? —Erick entró sonriente, pero dicho semblante desapareció al ver lo que hacía Joel —. ¿Estás organizando las cosas en una maleta?, ¿no sería al revés?

—Bueno, es obvio que estoy organizando para irme.

—¿Por qué?, no entiendo —se acercó y se sentó a su lado —. Yo no quiero que te vayas, no importa si ya me terminaste.

Joel, a pesar de todo lo malo, podía resaltar en Erick que era una persona amplia, que en el aspecto económico y de dar nunca le había negado algo. Por supuesto, jamás se había aprovechado de su dinero, pero siempre supo que era alguien que no tenía problemas con dar. Le sonrió con sinceridad y se encogió de hombros.

—Lo vas a querer, tú y yo no creo que vayamos a seguir siendo precisamente amigos.

—No te vayas, por favor, yo no quiero darte por perdido ya —el ojiverde bajó la mirada —. Yo sé que te he fallado mil veces, pero podemos darnos una última oportunidad.

Joel sonrió falsamente y negó con la cabeza. Por supuesto, Erick podía mejorar cada día en muchos aspectos, pero siempre iba a esconderle cosas de su pasado. Además ya era una persona posesiva en impulsiva por naturaleza, sabía perfectamente que la próxima vez que le levantara la mano, las cosas no se quedarían como antes. Su principal razón era simple, todo se reducía a que ya no lo quería.

—Yo ya no quiero eso, sinceramente no estoy para ser toda la vida tu intento de cambiar —cerró la maleta, su ventaja era que ya tenía muchas cosas empacadas —. Yo te di algo serio y tú no lo quisiste, perfecto, te perdoné muchas veces, pero ya me cansé de estar dudando de si escondes algo o no.

—Prometiste que no te ibas a ir —el menor pasó saliva con dificultad, una opresión muy fuerte aparecía en su pecho —. Yo puedo ser mejor, déjame demostrarte que puedo cambiar por ti...

—Ese es el problema —Joel se levantó y aprovechó para alcanzar su celular y meterlo en su bolsillo —, yo no quiero que cambias por mí, hazlo cuando realmente tú consideres que debes hacerlo, cuando reconozcas las cosas y...

—Nunca te pedí perdón por haberme metido con Zabdiel —el contrario lo interrumpió, así que por primera vez levantó por completo la mirada y la conectó con la de él —, me arrepiento como no te alcanzas a imaginar, jamás sentí algo por él.

—Eso ya no importa, no quiero cuestionarte más cosas precisamente hoy.

Erick siguió al rizado con la mirada, muchas veces lo detuvo a gritos, a golpes, con insultos, pero ya no le quedaba más que humillarse y disculparse. No quería aceptarlo, pero estaba perdiéndolo esa vez. Quería tomar su rostro con delicadeza y decirle que lo perdonara por haber sido un idiota, le daría los besos que muchas veces le negó por estar con otras personas, lo haría suyo cuantas veces fuera necesario para evitar que otro llegara a tomar ese lugar.