22. Últimos detalles

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Joel levantó la mirada y sonrió con diversión al encontrarse con la mirada de Zabdiel, levantó la copa como si estuviera brindando con él. Negó con la cabeza e ignoró el guiño, pues ya era normal ese tipo de juegos entre ellos, desde que había iniciado la relación con Erick, los tres eran bastante unidos.

—Amor, ¿puedes esperarme arriba? —Erick llamó su atención tocando su hombros suavemente.

—¿Qué?, ¿por qué?

— Porque sí, solo ve —el rizado frunció el ceño —. Ya voy a despedir a mi hermana, es la única que falta.

—Puedo esperar aquí.

—Joel, ¿estás sordo? —el ojiverde le hablaba bajo a su novio mientras le ladeaba una sonrisa sensual a Zabdiel —. Lárgate.

—Dijiste que no más de eso, no tienes que mandarme —Joel suspiró con decepción —. Todo lo que dices es una mentira.

—De eso hablamos luego, en la noche lo arreglamos.

—No todo se arregla con eso, Erick —su mirada fue hasta Zabdiel, su mente estaba demasiado confundida, siempre estaban mirándose, siempre sonriéndose —. Como sea, no me iré.

Erick observó a su novio con una ceja levantada, pues no esperaba que lo enfrentara de esa forma. Dio media vuelta y se tomó el último trago de una, le sonrió de forma retadora y fue él quien salió de la casa. El rizado supo que en efecto siempre salía perdiendo de uno u otro modo cuando ya no se encontró con el rubio al frente, donde anteriormente estaba.

Habían salido juntos, claro estaba, Erick le había restregado en la cara que no le importaba en lo absoluto su opinión.

•••

La mañana llegó con un cielo nublado, los primeros en despertar fueron los novios, quienes ni siquiera habían hablado, ya que cuando Julieth llegó, Jonatha ya dormía. El desayuno fue bastante temprano, los demás habían sido levantados como en una cárcel, todos abrieron los ojos asustados.

Todos los trajes alquilados que antes habían sido recogidos por Zabdiel, fueron tomados por su correspondiente dueño. El ambiente era tenso, Erick y Jonathan se veían apagados, otros, por el contrario, parecían morir de felicidad, entre ellos Ana, Cristóbal y Julieth.

Kathy intercambiaba miradas con Erick, la de ella reflejaba rencor, mientras que la de él reflejaba miedo. Era obvio que en cierto sentido se había fortalecido la amistad de la mulata con Joel, por lo que se sentaban juntos y conversaban por lo bajo. El ojiverde por un momento quiso ser como Zabdiel, quien solo parecía ignorar que en la misma sala tenía a la exnovia, al examante y al exnovio del anteriormente mencionado.

—¿A qué hora debemos estar en la iglesia? —la madre de Jonathan preguntó, rompiendo el silencio.

—A las cinco, señora —Julieth agrandó su sonrisa.

—Me parece que este día es muy especial —el padre del novio sonrió de forma aparentemente amable —. Eres nuestro único hijo que va por buen camino.

Jonathan levantó una ceja y miró a Christopher, quien solo se mantenía con un semblante serio e inexpresivo.

—¿Qué es buen camino para ti?

—Pues vas a casarte con una jovencita muy linda —Leonardo le sonrió tiernamente a la chica —, ya nos diste una nieta y harás una familia.

—Con todo el respeto que se merece usted, señor —intervino Cristóbal —, pero creo que esa es una decisión que su otro hijo debe tomar cuando guste. No hay prisa, ¿o sí?

Una Oportunidad ||Joerick - Virgato|| TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora