CUARENTA Y SIETE

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(pensaba subir dos partes para la historia de los mellizos, pero al final decidí que uno sería más práctico, me quedo muy largo de igual forma. Perdón otra vez)

Muchísimo tiempo atrás...

Algunos creen que Dios y el Diablo se enamoraron, otros piensan que son enemigos y muchos ni siquiera creen en sus existencias.

Clare tenía sólo doce años cuando vio como su hermano prendía fuego con sus manos hojas secas en su jardín, eso no le sorprendió hasta que con sus mismas manos logró que la tierra tapara el fuego.

Mercurio había descubierto su control sobre ambos elementos con sólo once años y todos los días se los pasaba intentando controlar el aire, como su hermana melliza.

Mercurio y Clare, ambos nacidos de padres que nunca existieron para nadie. Niños perdidos entre las calles de Alium que lograron sobrevivir gracias a una señora tan anciana que no podía mantenerse parada por sí sola.

Ella los cuido lo necesario para que pudieran vivir solos y luego murió en su granja, acostada sobre el cuerpo de una vaca con la misma energía de vida. Ambas murieron esa tarde, el mismo día que Clare descubrió que su hermano tenía la misma condición que ella.

Ambos lo hablaron, con tan sólo doce años no fue muy fácil de explicar y mucho menos de entender, aún así sabian que había algo mal en ellos.

Nunca antes habían escuchado hablar de un Greys con control sobre dos elementos y quizás ser los primeros podría ser tan genial como espeluznante.

Clare y Mercurio vivieron su crecimiento en adolescentes en la misma granja donde murió su madre adoptiva. Sin casi vínculo con la sociedad, sólo una ocasional salida a comprar víveres o cuando Mercurio le daba las cajas de leche a los vendedores de la cuidad.

Clare no sabía cocer y Mercurio leer, ambas cosas esperadas para encajar en una sociedad que comenzaba a crecer.

Vivir en soledad podía ser peligroso y, como era de esperarse, trajo consigo problemas. Como la vez que Clare tuvo su primera menstruación y Mercurio creyó que fue porque Dios se había enojado con ambos por asesinar a aquella vaca que sufría por una flecha de un Hada cazadora.

Mercurio estuvo siete días pensando que su hermana expulsaba sangre de vaca, aún que quizá con sólo trece años tienes más imaginación que cualquier otra cosa.

El tiempo pasó y el mito que se había creado alrededor de la vaca muerta se convirtió más en una broma interna que una terrible tragedia.

Mercurio cumplió dieciséis años cuando fue su primer beso, mientras su heramana le regalaba un pequeño sombrero que había encontrado en una granja lejana.

-¿Por qué hiciste eso?- Preguntó Clare al separarse de Mercurio, su beso fue más como un choque de labios impulsivo que ninguno entendió.

-Creo que solo sentí la necesidad de hacerlo.-

La soledad puede ser peligrosa.

No existían normas sociales a las cuales apegarse para encajar, sólo dos hermanos huérfanos en una granja. Con el tiempo esa inocencia fue desvaneciendose y el amor entre ambos ya no parecía ser impulsivo e infantil.

Mercurio y Clare se enamoraron, pero su madre sólo los había criado con los conocimientos básicos sobre el amor:

Un hombre y una mujer que pactan estar juntos por ciertos beneficios económicos o de poder.

Eran muy jóvenes para entender pero con el tiempo se dieron cuenta de que si eso era el amor ellos no estaban enamorados, no había un beneficio monetario en amarse.

~ALIUM~ |BTS&BP|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora