-VEINTISÉIS-

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Los ojos de Rose se cerraron, esperando que aquella daga marcará un final en su corta historia. Sintió el contacto frío de la punta clavarse contra su pecho pero está se detuvo rápidamente.

Segundos después un sonido desgarrador retumbó unos metros lejos de ella y por miedo intento abrir los ojos aún que sea un poco, la figura del elfo había sido arrogada contra otro auto y se retorcía de dolor en el capo.

Jungkook, pensó Rose.

La castaña sintió el sabor de su sangre, que brotaba desde su cabeza en un serpientoso camino por el rostro hasta su boca, era salada y algo aceitosa. La daga había llegado a introducirse un poco en su pecho, pero sus sentidos estaban tan distorsionados que con suerte lo sintió.

Jungkook abrió los ojos débilmente, ni siquiera se había dado cuenta del accidente hasta que despertó y no vio a Rose por ningún lado. Su brazo dolía, el pelinegro tenía claro que este se había quebrado y con sus pocas fuerzas intentó salir de taxi que ahora sólo parecía un pedazo de chatarra amarilla.

La calle estaba desolada o eso veía Jungkook, por el impacto sus ojos azules no le permitían observar la figura de Rose tumbada a unos cinco metros de el.

-¡Rose! ¿Donde estas?- Gritó y gritó, pero la castaña ya se había desmayado por la perdida de sangre. Jungkook estaba aturdido, el golpe que se había dado en la cabeza no lo dejaba pensar, ver o escuchar nada.

Todo se puso en negro ante los ojos de Rose, pero aún así estaba completamente aliviada porque sabía que Jungkook iba a salvarla.

-¡Rose, Rose! Mierda.- Gruñia el pelinegro con el poco aliento que le quedaba.

Su falta de fuerza no sólo se debía al choqué, el elfo lo había bañado en cenizas demoniacas  que para los Greys de fuego ocasionaba que todas sus llamas se apagaran lentamente, hasta extinguirse junto con el.

Hoseok se inmovilizo al ver aquella escena tan caótica, nunca antes había visto algo así y sus manos comenzaron a temblar. Sabía que debía ayudar a Rose, el charco de sangre al rededor de su cuerpo se volvía cada vez más y mas grande, mientras que Jungkook balbuceaba cosas sin sentido al aire.

-Hijo de Abigor.- El elfo se levantó del auto, mostrando por completo su verdadera forma blanquecina e implacable. -¿Por qué luchas para el enemigo?-

-Ellos son mis amigos.- Gruñó Hoseok tratando de contener el llanto. -¡Esto no es una guerra entre el cielo y el infierno!- Repleto de desesperación el pelinaranja solo quería huir de ahí, como siempre había hecho cada vez que estaba ante un problema.

-Oh, pequeño brujo.- Al elfo pareció divertirse -Todas lo son.-

Sabía que los Silvas podían sentir las emociones ajenas y Hoseok estaba repleto de angustia.

-Y tu, querido hijo de Abigor... Estas del lado del infierno.- Musito antes de lanzar la daga con la que había lastimado a Rose, rápidamente Hoseok uso su magia para lanzarla lo más lejos posible y está chocó contra una pared cercana a Jungkook.

Esa sensación horrenda de usar sus poderes, dejaban a Hoseok asqueado y con ganas exageradas de llorar.

-No quiero matarte.- Exclamó viendo como el elfo estaba rendido y listo para morir, después de todo un solo elfo denominaba en la clase más bajas de peligro en batalla. -Pero dime porque todos intentan matar a Rose.-

-Solo te diré esto...- El elfo se lanzó al suelo cuando Hoseok había llegado, ambos estaban a tan sólo un metro de distancia. -El consejo, sus padres, no son lo que todos creen. La vida de Roseanne no vale más que la de miles de mitad demonios que mueren gracias a los terribles actos de maldad y avaricia de su familia.-

~ALIUM~ |BTS&BP|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora