CUARENTA Y NUEVE

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Taehyung creo un portal a las puertas del instituto, donde los padres de Rose llamaban al Consejo.

-¿Que le sucedió?- Preguntó Jisoo al recibir el cuerpo de su amiga otra vez, en un estado terrible y sangrante.

-No lo sabemos.- Las manos de Jungkook temblaron aún más al dejar a Rose sobre la camilla. -No la lastime, lo juro.-

El pelinegro intentaba convercerse a sí mismo, su cuchillo voló de sus manos y cayó sobre el cuerpo de Malic, no en Rose.

¿Entonces por qué Rose también está herida?

-¡Salgan de aquí, debo detener el sangrado!- Ordenó la vampira y todos menos Hoseok se esfumaron de la enfermería, el pelinaranja intentaba salvar la vida del hada.

Angélica fue la primera en llegar y Taehyung intentó contener las ganas de convertirla en rata mientras la rubia se acercaba a su hijo y Jungkook.

-¿Cómo estan, niños?- Angélica tomó el rostro de su hijo, quien se encontraba demasiado vulnerable como para molestarse con su madre por engañarlo, al contrario de Jungkook. La mujer intentó abrazar al chico, pero Jungkook sólo la observó por unos segundos y luego se alejó sin dudarlo.

-Auch.- Comentó Yoongi al ver como el frío corazón de Angélica se rompía, el vampiro volvió a verla después de tanto tiempo y parecía realmente distinta. Su juventud y belleza se ocultaba en una manta de maquillaje y quizás alguno que otro embrujo de belleza hecho por un brujo costoso.

-¿Que le ocurre?-

Lisa no conocía a la madre de Rose, sólo había escuchado la historia contada por Yoongi unas semanas atrás pero se preguntó cómo aquella mujer tan elegante y calculadora podía ser madre de su mejor amiga.

-Solo está estresado.- Mintió Jimin y luego se hundió en un abrazo de su madre, segundos después comenzó a llorar desesperado.

-Uhgs.- El gruñido de Lisa recibió como respuesta la mirada asesina de Yoongi, aún que ella sabía que el vampiro también odiaba ciertas conductas infantiles de Jimin.

Lisa odiaba a Jimin por completo.

Jungkook desapareció del sala de juntas y nadie noto como Taehyung lo siguió detrás, el pelinegro era demasiado rápido entre los pasillos y perseguirlo no fue una tarea fácil. Hasta que el Greys entró al salón de baile, donde Rose y Taehyung habían conversado muchos días antes.

Taehyung se lanzó a la gigante puerta de mármol justo antes de que esta se cerrará en su cara, pero el ya tenía toda la atención de Jungkook mirándolo.

-Ser discreto no es lo tuyo.- Comentó Jungkook y Taehyung pudo notar que debajo de esa expresión arrogante y sonrisa pícara, sus ojos azules pedían ayuda.

-¿Lo dices por la brillantina o el traje amarillo?-

Jungkook solto una risita algo triste y Taehyung lo acompañó, ambos se miraron por unos segundos y automáticamente notaron el miedo en el otro. Miedo de que quizás una parte de ellos muriera esa misma noche.

-Tu no la lastimaste.- Aclaró el brujo con total seguridad de sus palabras. -¿Lo sabes, cierto niño?-

Jungkook apretó su puño, pero esta vez no por una ira incontrolable. Sino porque el dolor comenzaba a arder en su pecho y garganta. No habló hasta que logró soltar un poco de aire caliente.

-Gracias...-

Taehyung sintió una extraña necesidad de abrazarlo, de explicarle que no era su culpa lo que sea que había sucedido unos minutos atrás, pero se contuvo.

-¿Quieres ver algo magnífico?-

Jungkook asintió dudoso, no esperaba esa sugerencia después de todo. El brujo tomó su mano sin escrúpulos y lo guió hasta la vidriera del salon antiguo de baile. El pelinegro se tenso por completo y los cabellos de su nuca se erizaron.

-Si, es un vidrio.- Comentó Jungkook, mientras pensaba porque todavía no soltaban el enlace que unía sus manos. -Hay muchos en Alium, sabes. No es nada muy.-

-Shh.- Lo callo el brujo, la mano del Greys era cálida y algo áspera, quizás por todas las heridas que habían en ella. Aún así no era una mala sensación. -Pega tu frente en ella y luego retrocede.-

Entonces la simple vidriera de cristal se lleno de color en unos segundos y Jungkook notó como en esta se comenzaron a crear imágenes.

Taehyung estaba en la imagen, arriba de lo que parecía un barco viajero. El viento agitaba su cabello rojizo y su traje verde brillaba por las lentejuelas en el.

Jungkook no pudo explicar muy bien que se sintió ver aquella imagen, no era muy bueno describiendo sus emociones pero quizo seguir observando por mucho más tiempo.

En la imagen Taehyung miraba hacia el océano, dejando su perfecto perfil a la vista y luego sonrió con la elegancia que tanto lo caracterizaba.

-¿Que ves?- Preguntó el brujo, que observaba como Jungkook se acercaba cada vez más a la imagen, como si pudiera entrar en ella. El pensó que probablemente la imagen de Rose estaría reflejada.

-A ti.- Su repuesta fue tan rapida que el brujo no alcanzó a procesarla del todo. -A ambos, creo que estamos en un barco navegando por el océano.-

Jungkook se preguntó cómo la piel de Taehyung podía ponerse tan blanca en un solo instante, destacando aún más sus ojos amarillos.

-¿Que es esta vidriera?-

El brujo agradeció que Jungkook no fuera tan estudioso como Jimin para saber lo que aquella imagen significaba, pero su satisfacción no duró mucho al comprender que ambos veían la misma imagen desde ángulos diferentes.

Ahí estaba Jungkook, mirando el océano que tenía la misma tonalidad que sus ojos azulados. Taehyung se preguntó si aquella herida en su brazo era antigua o se la haría en un futuro.

¿Por qué ambos pertenecían al océano?

Se preguntó Taehyung, pero al sentir el calor tan cómodo que emanaba la mano de Jungkook volvió a plantearse la pregunta.

¿Por qué eso no sonaba tan terrible?

-Es el futuro.- Respondió, emitiendo gran parte de la verdad. El brujo llevó su mirada de vuelta al Jungkook del presente y los alejo a ambos de la vidriera, el pelinegro no se opuso a la cercanía que se formó entre ellos.

-¿Iremos en un crucero por el mundo?-

-Espero que te guste el océano Pacífico.-

-La verdad, esperaba algo más parecido al mar Caribe. Pero de acuerdo.-Bromeó.

~ALIUM~ |BTS&BP|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora