¿Me amas? ★ Vkook ★

Hoy, mañana y siempre.

POV TAEHYUNG

Furia, era eso lo que sentía.

Vamos por partes, Jungkook y yo estábamos bien hace un par de semanas, luego este chico llega quitándome su atención.

Se ha olvidado de mí por un extraño, no lograba entenderlo, es que acaso era yo el problema.

¿Qué tenía él que yo no? Nada, era un pálido, insípido, arrogante, aparentemente un niño rico, un hijo de papi.

¿Por qué para él era la personificación de la belleza?

¿Me lo merecía? Quizás, pero eso no cambia que me haya dejado.

Salí del centro, dispuesto a llegar a casa.
Caminé un poco más con más preguntas rondando en mi cabeza a las cuales no podía encontrar respuestas.

—Pensé que hoy llegarías en la noche, Taehyung. ¿Pasó algo?

Me dejaron como un idiota parado esperando que todo se tratara de un mal entendido.

—No.

—¿Estás segu-

—¡Sí, puedes dejarme en paz!

Subí a mi habitación sin comer algo, no importaba, estaba molesto, el hambre se había esfumado lo único que quería hacer era romperle la cara a ese tipo para que borrara la sonrisa estúpida que tenía pegada en su pálido rostro.

Le marqué a Mingyu, esperando que respondiera.

Uno, dos, tres, por fin.

—¿Qué pasa?

—Solo quería hablar contigo. Tiene algo de malo.

—Pensé que estarías con tu Jungkookie.

Si supiera.

—No, pensé en lo que dijiste.

—Ajá. No mientas, Taehyung. ¿Se pelearon?

No, pero me dejo por ese cabrón.

—No. Solo que decidimos pasar tiempo con nuestros amigos.

—Ajá. ¿En serio, Taehyung, se pelearon?

—No, ya te dije que no es eso.

—No mientas.

—Bien, me atrapaste. Se fue.

—Lo sabía. ¿A dónde? Él lo sabe.

—Con un cabrón.

—¿Qué? Cuenta bien.

—Un cabrón vino al colegio y se llevo... y lo miro... y.... Agh, es un cabrón se lo llevo. Se lo llevo, Mingyu.

—¿Quién es el cabrón?

—No lo sé, tan solo llego y el se puso nervioso. Hubieras visto, la forma en la que lo vio no me gustó para nada.

—Celoso.

—¡Claro que no! Él es mi amigo.

—Ajá, esa ni tú te la crees. ¿Por qué no aceptas que te gusta?

—Mingyu, no te llamé para eso. Te llamé para que me apoyes.

—Bien, bien. ¿Pero te jode?

—Odio a ese cabrón. ¿Como se atreve a llevarse a mi bebé? —Escuché sus risas. —No quiero decir que...

—Y dices que no te gusta. No me hagas reír. Aww, bebé.