Love Loser - Rgd | T2 [TERMINADA]

39 (FIN)

La niña comenzó a flotar, podía ver cómo sus ojos se volvieron blancos y como la fuerza en mi se iba por completo.

Los reyes de sangre, el comandante e incluso mis amigos estaban siendo tirados al suelo por una fuerza desconocida.

No podía creer que ella estuviera chupando hasta la última gota de mis dones.

Mi cuerpo se sentía débil, pero ella no me iba a matar, antes de que pudiera correr con Rubén ella me encerró en una burbuja negra.

No podía escucharlos, ellos tampoco me escuchaban a mi, estaba perdiendo.

Rubén intento correr a romper esa burbuja, pero fue un grabé error, ella lo sujeto del cuello y lo elevó en los aires.

Rubén puso resistencia, el no dejaba de moverse, el quería venir a mi, hizo lo posible para librarse y estiró su mano aún que sabía que no podía alcanzarla.

No podía ocupar mis dones, era una simple humana, no era servible.

—¡PORFAVOR NO!

Grite para que ella pudiera escucharme, pero seguía dentro de esta estúpida burbuja.

Podía ver cómo la cara de Rubén comenzaba a ponerse morada, y como sus pies dejaban de moverse poco a poco.

El estaba quedándose sin aire.

Pronto mi corazón comenzó a doler más, el amuleto era inservible, todos los tratamientos fueron en vano, yo seguía muriendo.

—Cierra los ojos _________.

Era una voz desconocida que me llamaba, estaba en mi cabeza, estaba tratando de hablarme y ser racional conmigo.

Yo cerré los ojos y pronto en dolor desapareció.

Cuando los abrí no estaba ahí, estaba en un hospital donde se escuchaban lloriqueos de un bebé.

—Es hermosa. Dijo una señora con el cabello castaño mientras cargaba a un bebé recién nacido.

—Se aparece a ti, realmente es tan linda. Beso la frente de la recién nacida para después besar la frente de la mujer.

Ella tenía la piel pálida, pero era muy hermosa, y el era muy guapo.

—Podría venir un momento. Dijo una enfermera llamando al padre de la pequeña.

La mujer y la bebé se desvanecieron, ahora solo podía ver al señor con la enfermera y ella de pronto pareció asustada y desesperada.

Tomo al señor de los hombros y comenzó a llorar —Tiene que huir de aquí, tiene que irse.

—¿De que esta hablando?

—Ellos van a venir por la niña. Parecía el hombre no entender, pero la señora le dió el expediente.

El hombre se puso pálido y corrió, pronto ese recuerdo también desapareció.

Y ahora toda la familia estaba en un auto, el señor manejaba a toda velocidad y la señora no dejaba de abrazar a la bebé.

—Maneja más rápido, porfavor házlo. Decía la castaña con desesperación.

El señor comenzó a manejar cada vez la rápido.

—Nos vieron la cara de tontos, debíamos saberlo desde que se ofrecieron a pagar todo. Pronto se comenzaron a escuchar otros ruidos.

Eran disparos, el señor no paro de conducir pero en una curva el carro se fue al barranco.

El carro estaba en llamas, todo estaba ardiendo y el humo negro subía.