—Vuelve, Sariwis —la llamó la voz de Nick en lo que terminaba de guardar sus cosas en el bolso.
Sarah parpadeó un par de veces, su expresión demostrando lo ida que había estado durante toda la clase de física.
—¿Qué sucede?
—Que la clase acabó, tonta. ¿En qué piensas?
—Oh.
Sarah despabiló y también comenzó a guardar sus cosas. Nick la miró con un dejo de preocupación, sin embargo se abstuvo de hacer un comentario al respecto, principalmente porque sabía de qué se trataba. Todos lo sabían. Después de aquella vez en la que él y los demás la cobijasen mientras lloraba desconsoladamente, nadie había vuelto a tocar ningún tema que hiciera alusión a Harry.
Los dos salieron de la sala caminando lado a lado, Nick manteniendo un brazo alrededor de sus hombros con el propósito de guiarla sin que chocase con nadie, o peor, que se estampase contra alguna pared, lo cual sucedió a menudo después de esa descompensación emocional. Como el receso era solo de quince minutos, decidieron caminar directamente a la sala de química. Sarah comenzó a tararear una canción sin ser plenamente consciente de ello, lo cual hizo que Nick sonriera.
—¿Otra vez esa canción?
—¿Eh?
—La canción que tarareas. Llevas haciendo eso por días. Y ahora acabo de comprobar que ni siquiera lo notas.
—Oh... eso. —Sarah se sintió extrañamente cohibida—. Mientras estuve recuperándome en casa por la gripe, yo... traté de aprender a tocar la guitarra de mi padre.
—¿En serio? —dijo Nick con curiosidad.
—Sí. Traté de sacar una canción.
—¿Y lo lograste?
Ella asintió tímidamente.
—No es nada del otro mundo, así que no hay que darle importancia.
Nick notó su incomodidad repentina y decidió desviar el tema.
—¿Puedo hacerte una pregunta?
—Claro.
—Mmm... Eres muy amiga de Julieta ¿no? ¿Podrías decir que son mejores amigas?
—Somos muy amigas, sí —reconoció Sarah sin dudarlo. Desde lo de la pelea con Blanca en los pasillos, Julieta no solo le había pedido perdón por la actitud que adoptó debido a lo que tuvo con Harry, sino que también se volvió una sombra muy sobreprotectora a su alrededor—. No sabría decirte si somos mejores amigas, después de todo nos conocemos hace poco. ¿Por qué me haces esas preguntas?
Nick se sonrojó y trató de responder sin tartamudear, pero lo que salió de su boca fue un conjunto de palabras inentendibles. Sarah frunció el ceño y detuvo su andar, mirando a Nick atentamente. Entonces supo inmediatamente lo que pasaba con él sin preguntar ni pedir una aclaración de lo que había tartamudeado.
—Te gusta Julieta.
Como si fuera posible, él se sonrojó aún más. Sarah no pudo evitar sonreír de oreja a oreja para incomodarlo todavía más, causando que él bajara la mirada con pena. Para animarlo un poco, se colgó de su brazo y le instó a que reanudasen el paso sin importarle que se vieran como novios al ir caminando tan cerca del otro.
—No hay nada por lo que avergonzarse, Nick. Además, ya sabía que Julieta te gustaba.
—¿¡Qué!? —Nick parecía querer que se lo tragase la tierra—. ¿Desde cuándo? —susurró.
—Desde que me escribiste de lo linda que te parecía en esa salida a la cual yo no fui. ¿Recuerdas?
—Por favor, no se lo digas a nadie.
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Mi Forma Personal de Amarte (Libro I)
RomanceSarah es una chica de dieciséis años llena de recuerdos y vivencias. Ha sido criada en el campo casi toda su vida, viviendo libre, sanamente y rodeada de naturaleza en el sur de Inglaterra. Una chica generalmente dócil pero con un carácter complicad...