Capítulo 28: Emocionalmente Contagiados (Parte II) ☑️

21 1 0
                                    

Apenas llegar a la hamburguesería del centro, Sarah distinguió la figura del joven y llamativo George Warrington esperando por ella cargando con un semblante inexpresivo como de costumbre al estar rodeado de extraños. En su rostro no había cabida para ningún tipo de sonrisa, ni siquiera cuando dos chicas, aparentemente de su edad, estaban mirándolo fijamente con pequeñas sonrisas y un elevado interés. Sarah quiso reír un poco al ver eso. Entonces sus cejas se alzaron con diversión cuando vio a un grupo de tres muchachas acercársele. George solo las miró como si fueran mosquitos molestos. Ante lo que sea que ellas le estaban preguntado, él solo se limitó a negar con la cabeza. Sarah, con una sonrisa difícilmente mantenida a raya, decidió acercarse de una vez para rescatarlo de aquel suplicio social.

—Hola —lo saludó ella—. ¿Llevas mucho tiempo esperando?

Los ojos de George fueron tan expresivos al demostrar su alivio por la aparición de Sarah que las chicas apagaron sus sonrisas coquetas enseguida, totalmente decepcionadas.

—Solo llegas diez minutos tarde —dijo con una sonrisa afectiva que hizo que el grupo de chicas se alejase de una vez por todas, sintiéndose derrotadas—. Gracias —murmuró.

—¿Por qué? —preguntó Sarah con diversión mientras tomaba asiento frente a él.

—Por acceder a hablar conmigo y por rescatarme de esas mujeres.

Entonces Sarah sí que comenzó a reír.

—¿Mujeres? Vamos, si solo eran unas niñas, George. Tienen tu misma edad.

—Lo que tú digas.

—¿Qué tal si pedimos algo de comer? Las hamburguesas siempre me abren un apetito extrañamente grande...

—Esto es verdaderamente increíble.

George y Sarah parecieron congelarse ante aquella voz femenina cargada de veneno que vino de la barra de malteadas. Antes de que Sarah se volteara supo que se encontraría con Blanca.

—No te bastó con tratar de engatusar a Harry, ahora también estás cazando a su pequeño hermano. ¿No te da vergüenza, campesina zarrapastrosa?

—Cierra la boca —le espetó George, poniéndose de pie y haciendo uso de una altura de la cual Sarah no había sido tan consciente cuando lo conoció.

Blanca se mostró ofendida.

—Pero, Georgie ¿no ves que trato de defenderte de esta chica que lo único que quiere es abrirse paso en una familia tan importante como la tuya para sacar el máximo provecho posible?

—¿Quieres saber lo que realmente veo yo y cualquiera que tenga dos ojos? —George, a pesar de que hablaba con un tono controlado, tenía las manos cerradas en firmes puños en una clara señal de estar controlándose a sí mismo ante la presión de enfrentarse a alguien que le desagradaba—. Lo que yo veo aquí es que eres una chica irritable y de mente inestable. Sarah no te ha hecho nada y la única razón por la que la odias es porque mi hermano está enamorado de ella.

Blanca se bajó de su taburete y aunque era más baja que George, la mirada fiera que se filtró a través de sus ojos fue suficiente para hacerse notar frente a él.

—Harry es mío, todo el mundo lo sabe. Él jamás se fijaría en una niña como ésta —recalcó, señalando a Sarah con un dedo del cual sobresalía una perfecta uña larga y pintada que fácilmente podría dejar indeseables rasguños en la piel—. Hemos estado juntos por mucho tiempo y nadie va a cambiar eso.

—Estás realmente enferma —le dijo George con desprecio—. Eres tú la que ha tratado de meterse en mi familia hace mucho tiempo. Ni siquiera le agradas a mis padres y Harry era el único que parecía soportarte por lo evidente, pero por suerte ya no piensa así. ¿No te da vergüenza? Si tienes un mínimo de respeto, abre de una vez los ojos y aléjate de nosotros. —Sarah lo vio erguirse con más seguridad, sus facciones totalmente endurecidas—. Te lo advierto desde ya, no te atrevas a molestar a Sarah porque te juro que nada me detendrá de decirle a mi hermano lo que acabas de decir de ella. Y sabes que mi palabra pesa más que la tuya.

Mi Forma Personal de Amarte (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora