TANNER STRONG

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Nunca supe lo que era un amor de verano, hasta aquella vez que te vi sonreír en una puesta de sol.

[OOO]

Llevo más de diez minutos manejando por el lindero del bosque. Voy a ver a la señora Serena.

Hay algo que no me permite decirle mamá, aunque sentí una conexión fuerte con ella cuando la vi, cuando por primera vez la toqué. Sentí que estaba en el lugar correcto, que por fin había encontrado una de las piezas que le faltaba a mi vida. Ahora, tengo miedo. ¿Y si me estoy equivocando?, ¿y si estoy alimentando falsas esperanzas? Cierro los ojos y suelto un suspiro cansado.

En la parte de atrás, están la hermana Ana y Gaby que decidieron acompañarme. No dicen ni una palabra, guardan un silencio que me va consumiendo por dentro. Claro que quiero tranquilidad ahora para pensar las cosas con respecto a lo que ocurrió con mi madre, pero también hay una parte de mí que necesita desahogarse, necesita explotar.

Detengo el auto en el semáforo cuando la luz se pone en rojo. Las calles ya están oscuras. El tiempo en mi casa ha volado mientras conversaba con las hermanas y Katherine. Estuvimos hablando por celular con aquellas personas que custodiaron la carta desde que la madre superiora murió. Me dijeron que posiblemente me encontraron en una noche de tormenta.

―Señor Tanner ―me llama la hermana Ana―. ¿Cree que el hermano de la señora Serena lo deje llevarla ahora para hacerle la prueba?

Aprieto más el volante. La miro por el espejo retrovisor. Sus ojos son de preocupación.

―Tiene que dejarme ―contesto―. Necesito salir de esta duda. Si no es mi madre, necesito saberlo para seguir con mi búsqueda. Hay otras personas que también la están buscando y no pararán hasta terminar un trabajo del pasado.

―Ya es muy tarde. No creo que haya alguna clínica que haga ese tipo de consultas a esta hora.

―Lo sé, pero he llamado a uno de mis amigos para que puedan realizarlo ahora. Ya está todo listo, solo hace falta llevar a la señora Serena. Solo es una prueba. Necesito los resultados en este momento. Con este nuevo procedimiento, se puede saber la respuesta en solo una hora. Es hoy que haré todo.

Ambas hermanas se miran. Hay una pizca de tristeza en sus miradas.

La hermana Ana me vuelve a mirar para decirme algo, sin embargo, veo que vacila. No se atreve. Nuevamente mira a su acompañante y ella asiente.

―¿Y si la prueba da negativo? ―Al escuchar la pregunta, mi corazón se hace añicos, y no es que no haya pensado en esa posibilidad. La pregunta daba vueltas por mi cabeza a cada instante, incluso antes de conocerla, pero escucharla fuera de mi cabeza, me hace muy pequeño.

Quito la mirada del espejo y miro por donde estamos. El corazón martilla mi pecho con fuerza. Estamos cerca de donde Alanna y yo tuvimos el accidente aquella noche. Ver los árboles pasar como figuras verdes borrosas me va arrastrando a aquella noche. Escucho sus gritos, escucho su voz llamándome. Piso el acelerador y el inesperado movimiento me saca de mis pensamientos y vuelvo.

―Seguir buscando ―susurro―. La vida ya me ha quitado suficiente. Necesito encontrarla, más ahora que sé que ella no me abandonó, que se vio obligada a hacerlo para salvarme.

―Tranquilo ―comenta―, aún hay varios registros en los cuales puede buscar.

―¡Es verdad! ―interviene la hermana Ana con un entusiasmo que me saca una sonrisa triste―. No hay que perder la fe. Dios nunca abandona.

Les doy una sonrisa.

***

La precaria calle donde vive Milton y la señora Serena está en penumbra. Llego a la casa y toco tres veces. Espero y espero hasta que Milton abre la puerta. Tiene una manta grande envuelta al cuerpo. Nos mira con la cara desencajada.

Un ángel duerme conmigo ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora