ALANNA BECKER

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A veces, el amor puede ser doloroso".

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Han pasado dos horas y la noche cayó por completo.

La luna llena se alza por encima de nosotros en un cielo con pocas estrellas. Podemos verla porque la cubierta del segundo nivel está rota y en el centro hay un hueco de gran tamaño por el cual un resplandor plateado nos proporciona algo de claridad. Tanner se ha pasado todo ese tiempo en una de las ventanas mirando hacia afuera para tratar de percibir algún movimiento que nos indique que el asesino está cerca, sin embargo, todo ha estado en absoluta calma. Al mismo tiempo, ha estado muy pendiente de Abby. Siempre preguntándole si estaba bien, si necesitaba algo, le decía que pronto se irían. Ella está sentaba en una silla pequeña que él le ha limpiado y colocado en un rincón, lejos de las escaleras y cerca de una de las ventanas.

Yo estoy con ella. Aprovechamos en conversar, mientras él vigila.

―Alanna ―me llama―. ¿Quién crees que haya enviado a ese hombre a atacarlo?

―No lo sé ―contesto en un susurro―. Desde que pasó el accidente y Tanner me dejó su herencia, salió a la luz el porcentaje que tiene en la fortuna de sus padres, además de sus raíces. Esas dos cosas han despertado muchísima avaricia y molestia a su alrededor, por parte de la familia de sus padres adoptivos. No aprueban que un desconocido tenga la fortuna de un imperio de familias élites.

―Tanner mencionó a su hermano y el hombre que nos atacó le dijo: los enemigos están cerca y a veces nunca se han ido... ―hace una pausa y se vuelve hacia él para verle su aura―. ¿Tú lo viste morir?

Las llamas invaden mi mente con el recuerdo de aquella noche. Cuando llegó la ambulancia, aún escuchaba sus gritos pidiendo auxilio, después su voz se perdió. Los informes de la policía y médicos indicaron que había muerto carbonizado. No lo vi morir, pero vi como estuvo moribundo con las llamas. Después que le doné mi corazón a Tanner, no sé qué más fue de Patrick. En el cielo no lo encontré, claro estaba que él debería estar en otro lugar. Hay una pizca de angustia que no me deja tranquila cada vez que su nombre o su cara aparecen en mi mente. ¿Será posible que nos haya engañado a todos? Suelto un suspiro. Creo que ya estoy paranoica. Él murió aquella noche. Además, desde el cielo nunca lo vi tratando de hacerle daño a Tanner, nunca sentí su presencia.

―Él está muerto. Aquella noche, fui yo quien luchó con él y lo vi consumirse en las llamas ―ella mueve su cabeza en señal de afirmación―. Tiene que haber otra persona detrás de esto.

―Ahora que lo mencionas, hay algo que me dejó pensando. Le dijo: la palabra de un italiano no se pone en venta. Usted debería saberlo o sentirlo. ¿Qué quiso decir con eso?

―No sé mucho sobre su familia. Tú y Hanniel deben ayudarlo. No pueden dejarlo solo. Necesitan descubrir quién es ese tipo y qué relación tiene con el autor intelectual.

―¿Y cómo vamos hacer eso?

―Pueden hacer dos cosas: la primera es atrapar al italiano; o tienen que ir a la tumba de Patrick y cerciorarse de que es él realmente quien está enterrado.

Guardamos silencio cuando Tanner se mueve hasta la otra esquina y mira entre los escombros. Hay una pila de cosas viejas y empolvadas que comienza a mover y a revisar como si buscara algo que le sirva.

―Sí, entiendo ―responde con miedo. Al verla, me es imposible no imaginarme a mí hace unos años cuando también era frágil, cuando me podían hacer daño muy fácilmente. El tiempo y las circunstancias me han fortalecido, el amor me ha mantenido viva―. No voy a dejarlo solo.

Un ángel duerme conmigo ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora