ABBY OWEN

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Entiende una cosa, cariño mío: si algún día no puedo verte nunca más, ten por seguro que te imaginaré cada día de mi existencia.

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Abby está impaciente por salir.

Con los dedos acaricia el violín que lleva dentro de su mochila y su mente ya tiene toda la atención del instrumento, olvidándose con rapidez del libro que tiene en la mesa. Le gusta recorrer sus curvas y tocar sus cuerdas porque le recuerda lo feliz que fue de niña.

Ingresar a la preparatoria había resultado muy difícil, pero gracias a sus buenas calificaciones y recomendaciones de su escuela, las cosas se arreglaron. Claro que ella ansiaba con toda su alma estudiar y hacer música, era lo que su padre le había inculcado desde que descubrieron el talento que tenía para el canto, y que él se había encargado de pulirlo hasta el último día de su vida. Sin embargo, con el paso del tiempo la sociedad le había enseñado a Abby que tener una profesión siempre estará por encima de los sueños y los dones que tenía, así que se resignó y aceptó su destino. Además, sería complicado dedicarse a la música, debido a su condición. Pero se dedicaba a tocar y cantar en las calles para llevar algo de dinero a su hogar. Era una famosísima artista de la calle, como solía llamarla su mejor amiga y guía, Elena.

La voz del profesor la devuelve a la clase.

—Todo se debe hacer de la forma correcta —habla. No está muy lejos de ella. La mesa que Abby comparte con Elena está ubicada en la segunda fila—. Se tiene que aprender a florecer, a cambiar. Heráclito decía: una persona no puede pisar dos veces el mismo río. Una maravillosa frase con un potente significado para el ser humano. ¿Qué opinión te merece esta frase, Jake?

Abby escucha cómo Jake se mueve incómodo en su asiento que está en la penúltima fila. Él es una de las personas más insoportables en la preparatoria y la que mentalmente ella odia, pues había enamorado a su amiga Elena solo para hacer un vídeo íntimo de ella y publicarlo en internet. Fueron días terribles para ambas, pero su amiga había sufrido más. Ella no pudo hacer mucho para ayudarla, ni defenderla de los ataques. ¿Qué puede hacer una ciega contra un enemigo que no puede ver?

—Bueno, creo que el trabalenguas... —la clase estalló en risas y abucheos— perdón. Quise decir la frase... nos da a entender que el río avanza porque el agua nunca para.

Abby escucha los pasos del profesor sobre las baldosas.

—Interesante acotación, Sr. Jake. Apuesto que si Heráclito estuviera vivo y escuchara su interpretación, sin duda, se ahorcaría.

Esta vez las risas y burlas son para Jake. Él, maldice al profesor en silencio.

Abby siente que la mesa se mueve un poco. Es Elena levantando la mano.

—Si Elena. Cuéntanos.

—Lo que nos quiere dar a entender Heráclito es que la vida está en constante cambio y que el ser humano debe aprender a evolucionar, a transformarse con ella. Creo que el río representa la vida y el tiempo que avanzan sin importar lo que pueda suceder y nosotros debemos aceptar ese cambio. No debemos mirar al pasado, solo debemos aprender a seguir con él. Aprender que esa parte de nuestra vida es una pieza que, sin ella, nosotros no seríamos quiénes somos ahora.

Abby supo que, en la explicación que había dado su amiga, se refirió a la experiencia que vivió con el vídeo. Fue una indirecta para Jake. El silencio en el aula le confirma que casi todos se habían dado cuenta de lo mismo.

—Muy bien. Es justo lo que yo también pienso ¿Alguien más? —pregunta el profesor.

Otro estudiante habla.

Un ángel duerme conmigo ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora