"Y si me recupero ¿Serás mi consuelo? ¿O puede ser el final? ¿O simplemente podemos dejarlo aquí?"
-Recover, CHVRCHES-
Tanya seguía mirando el lugar por donde aquel chico había desaparecido, incluso después de que varios minutos hubieran pasado. Finalmente retiró la mirada, y esta se posó involuntariamente sobre el desastre que ahora eran las crepas y pedazos de porcelana destrozada en el suelo.
Su corazón aun ardía con impotencia, pero el calor del momento había pasado...
Dios. Tanya pasó una mano sobre sus ojos mientras recordaba la cara de aquel chico. ¿De verdad acababa de lanzarle la comida en la cara?
Una ráfaga de terror la recorrió al formarse una idea en su cabeza.
¿Qué pasaría cuando él les dijera a sus papás? Porque seguro lo haría... ¿Qué le harían a ella... que le harían a Daniel? Diablos, ¡Como pudo ser tan tonta! Daniel siempre lo decía, era demasiado impulsiva, siempre hacia lo que quería sin pensar. Y, sin embargo, detrás de todo ese miedo a lo que pudiese suceder, había otro sentimiento. Otra emoción que Tanya estaba reluctante a analizar más a fondo.
Los ojos de aquel chico...
Tanya, no puedes andar por la vida lanzándote a golpes sobre las personas para solucionar tus problemas.
Sí, eso había dicho Daniel. Y ahora que su cabeza se había aclarado se daba que cuenta que hacer aquello había sido un error. No había arreglado nada y en realidad ¿de verdad la culpa era de él? Tanya odiaba aceptarlo, pero sabía que ese tipo no había pedido que le hicieran nada de lo que le estaba pasando. Y se veía tan... vulnerable, tan frágil ahí parado en medio del cuarto. El colmo, ugh, ahora se sentía mal.
Sabía que tendría que hacer algo, disculparse o lo que fuera, pero mañana sería otro día. En ese momento Tanya se acomodó entre las sabanas, acurrucándose del lado izquierdo de aquella cama demasiado grande...
Podía escuchar el fuerte viento soplando en el exterior, el cuarto de nuevo sumido en la oscuridad. Hacía mucho frio en Monterrey, pensó Tanya mientras se tapaba hasta la cabeza con el grueso colchón con el que llevaba semanas. Cerró los ojos, pero los volvió a abrir cuando la imagen de un chico mirándola con grandes ojos castaños llenos de dolor se formó detrás de ellos.
Tanya...
Daniel, ¿Qué estaría haciendo esa noche?
¿Estaría con los chicos, estaría intentando buscarla?
Una parte de ella esperaba que sí, pero la parte que ganaba sentía miedo por él sí lo estaba haciendo...
Oh, cuanto deseaba poder estar esa noche con él. Desearía, aunque sea poder verlo, escuchar su voz... lo que fuera. Era la noche en que sus papas habían muerto, y también en que había perdido a su hermano... Daniel no parecía consciente de ello, pero cada año en ese día el caía en una especie de depresión, se enfermaba o no se levantaba de la cama en todo el día. Tanya siempre se quedaba con él, a su lado, cuidándolo.
Intento tranquilizarse recordándose que Daniel era fuerte, en que él podía con todo y que no necesitaba de ella, diciéndose que él estaba bien.
Y de corazón lo creía, él estaría bien sin ella. Siempre había sido ella la que necesitaba más de él y no al revés, todos lo sabían.
Tanya fue cayendo en la inconsciencia lentamente sin darse cuenta.
.......
Tanya despertó gracias al calor. Había dormido toda la noche envuelta en aquella gruesa colcha y ahora estaba sudando.

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Twisted Fate
Romance"Por supuesto que te haré daño, por supuesto que me harás daño, por supuesto que nos haremos daño el uno al otro, pero esta es la condición misma de la existencia. Para llegar a ser primavera, significa aceptar el riesgo de invierno. Para llegar a s...