"Señalan los colores que ven en ti, yo también los veo, y chico, me gustan. Somos demasiados geniales como para participar en todo este odio."
-No Tears Left to Cry, Ariana Grande-
Alexander abrió los ojos de golpe. Su cuarto estaba sumido en la oscuridad y todo estaba en completo silencio, solo roto por el sonido de las ramas de los arboles mecidas por el viento en el exterior.
Se sentó en la cama y encendió la lámpara de noche encima del buró, el reloj marcaba las dos y cuarto. Miró a su alrededor confundido... no sabía que lo había despertado. Su cuarto estaba tal cómo debía estar, sin embargo, ahora que estaba consciente sentía en el pecho una sensación de desesperación inexplicable. Estaba nervioso, cómo si algo malo estuviera pasando.
Excepto que no pasaba nada y no recordaba haber estado soñando...
Se quedó recostado unos minutos esperando que la sensación se desvaneciera. Pero esta seguía ahí, constante. Tal vez debería bajar a la cocina por un vaso de chocolate caliente. Eso siempre conseguía relajarlo...
Se puso de pie y se pasó una mano por los mechones negros de cabello, caminó descalzo hacia a la puerta y salió al pasillo. Si su nana lo viera, seguro lo reprendería. Le había dicho que cuando necesitara algo la llamara, pero él se negaba a despertarla sólo por un vaso de chocolate.
Afuera estaban encendidas las luces nocturnas, así que caminó hacia la escalera pasando por el cuarto de su nana y por el de Regina... Un ruido como de sollozo llamó su atención. Alexander se detuvo inmediatamente delante de la puerta color marfil. Nada. Tal vez se lo había imaginado... Y entonces unos inconfundibles chillidos de terror rompieron el silencio de la noche.
Alexander corrió hacia la puerta y sin pensarlo dos veces, entró al cuarto. Todo estaba oscuro excepto por la tenue luz de la lámpara de noche, pero era suficiente para ver que las sabanas de color claro habían acabado en el suelo al igual que las almohadas. Regina estaba sobre la cama retorciéndose y haciendo sonidos incoherentes, sonidos de dolor.
Alexander corrió a su lado y la sacudió con desesperación. Ella no despertó y siguió gimiendo, él se subió a la cama arrodillado junto a ella y la sacudió con más fuerza.
-Regina... Regina despierta- susurró, mientras la sacudía de los hombros.
Ella abrió los ojos de golpe y se sentó a prisa, casi tirándolo de la cama. Jadeaba rápidamente y miraba a su alrededor como buscando algo. Parecía tan asustada...
-Hey, oye, fue solo una pesadilla. No era real- dijo Alexander buscando su mirada- Todo está bien...-
Ella lo miró con los ojos muy abiertos en confusión por unos segundos, con la respiración aún acelerada.
- ¿Por qué no viniste hoy? - soltó ella con tono acusatorio, mirándolo con el ceño fruncido.
¿Qué? Alexander la miró en shock. ¿Cómo que porque no había ido?
-Yo... no pensé... no sabía que esperabas que viniera- titubeó Alexander totalmente confundido. -Creí que querías estar sola-
Regina lo miró con la boca abierta y después retiró la mirada.
¿Eso significaba que lo había estado esperando?
Una parte de él se sintió esperanzado y en otra parte se sintió molesto consigo mismo por no haber ido a verla. Los últimos días había pasado la noche acompañándola, pero sentía que ella no estaba muy a gusto. Simplemente había intentado darle lo que ella parecía querer.
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Twisted Fate
Romantizm"Por supuesto que te haré daño, por supuesto que me harás daño, por supuesto que nos haremos daño el uno al otro, pero esta es la condición misma de la existencia. Para llegar a ser primavera, significa aceptar el riesgo de invierno. Para llegar a s...