21. NEW RULES

1 0 0
                                    

"Sigo intentando avanzar, pero él sigue haciéndome retroceder, ahora me mantengo alejada de ello, por fin veo el patrón"

-New Rules, Dua Lipa-


De repente, Tanya sintió una fiera necesidad de proteger a aquel chico. Ella sabía mejor que nadie que ese hombre era bueno intimidando personas, pero había algo en la mirada asustada en los bellos ojos de Alexander que echó más leña al fuego de su odio por Yegor Lébedev.

- ¿Está prohibido desayunar en pijama? - preguntó Tanya con el mejor tono de inocencia que pudo fingir. Logró su cometido y los ojos grises se clavaron de nuevo en ella.

-Por supuesto que no, Regina- dijo el hombre con una sonrisa que engañaría a cualquiera. -Simple curiosidad. - contestó mientras le lanzaba una mirada de advertencia aprovechando que Alexander parecía estar en estado de shock. Tanya luchó contra el infantil impulso de sacarle la lengua.

Una mujer entró para servirle una taza de café al señor Lébedev y Tanya aprovechó para voltearse hacía Alexander. Que cobarde había salido el niño... y, sin embargo, mientras veía aquella expresión de tristeza en su rostro, no podía hacer otra cosa que desear con todas sus fuerzas alegrarlo de alguna forma...

Después de todo le había prometido a su padre que él nunca volvería a estar triste mientras ella estuviera ahí.

-Hey, Alek- dijo ella componiendo una voz alegre. ¿Alek? Ambos hombres la voltearon con las cucharas a medio camino de la boca. –Eh... entonces, ¿me puedes decir algo en ruso? - preguntó mirándolo sonriente entre pestañas, con aquella mirada que siempre funcionaba cuando coqueteaba con alguien. Lograba que los chicos no le negaran nada.

Alexander la miró como deslumbrado por unos segundos y después, sorpresa, se sonrojó.

-Ah, sí, lo que quieras...- dijo mirándola con los ojos abiertos. Exacto, siempre funcionaba.

Tanya podía sentir la mirada del Yegor Lébedev sobre ella así que estiró una mano y acomodó un mechón del hermoso cabello de Alexander. Él pareció sorprendido por unos segundos, pero para sorpresa de Tanya, detuvo su mano y le dio un beso en la palma. Después la miró a ver con una sonrisa reluciente.

- ¿Qué quieres escuchar? - preguntó él sin soltarle la mano. Había logrado devolverle la sonrisa, así que ella sonrió también.

-Bueno...- dijo ella mirando a su alrededor. - ¿Cómo se dice... "Me gusta el pastel de zanahoria"? -

-YA lyublyu morkovnyy tort- dijo él sin pensarlo dos veces. Tanya lo escuchó encantada de verdad.

-Eso sonó tan bonito...- respondió sinceramente. Tal vez debería apuntarlo.

-Si, es muy bonito- dijo él sonriente. Había esperado que el ruso sonara cruel como el alemán, pero no, era más como el sonido del agua borboteando.

Por el rabillo del ojo vio a Yegor Lébedev mirándola con el ceño fruncido, pero decidió ignorarlo.

Tanya intentó repetir la frase, catastróficamente seguro, porque de repente Alexander soltó una carcajada. No exageraba al decir que era un HERMOSO sonido.

De repente la expresión de diversión en la cara de Alexander cambió para convertirse en algo definitivamente más cálido. Ya no reía, pero la miraba con aquella mirada de adoración que tanto la incomodaba.

Él estiró una mano y le sostuvo suavemente la barbilla mientras la miraba a los ojos, con aquellos enormes ojos cafés fijos en los suyos. No podría haberse alejado, aunque hubiera querido, y no quería...

Twisted FateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora