JulianaNos dirigíamos al parque de diversiones y la mayor parte del camino había estado callada, aún me costaba ver a Valentina a la cara después de todo lo que había pasado ayer en el dispensario. Además, estaba sumamente nerviosa, era la primera vez que salía con alguien que me gustaba.
— ¿Entonces nunca has estado en una feria ni en un parque de diversiones Juliana?
Negué con la cabeza, no había estado ni siquiera en un cine... Al no escuchar mi respuesta Valentina me miró y luego regresó su vista al frente. — ¿Estás bien? No me digas que el hábito venía con voz incluida.
— Solo etoy nerviosa Val. — Le respondí mientras jugaba con mis manos.
— Nerviosa ¿por qué? ¿Tú también le tienes miedo a las alturas?
— No es eso...sólo que nunca había estado en una cita.
La miré y vi que elevaba el ángulo de la boca.
— ¿Esto es una cita Juliana?
Me sonrojé ¿Era una cita?
Valentina aparcó el auto en el estacionamiento de la feria. Al fondo se veía una gran rueda y una serie de estructuras metálicas con giros y caídas.
— Juliana mírame. — Me tomó por la barbilla y me obligó a mirarla. — Soy yo, Valentina, no alguna extraña a la que le debas de tener vergüenza o miedo. — sonrió calmando un poco mis nervios.
— Además,... — Se bajó del coche y le dio la vuelta para abrirme la puerta. — Yo voy a hacer de esta cita una memorable.Me extendió la mano y la tomé, después me dejó un ligero beso en el dorso que me envió un cosquilleo a todo el cuerpo y le sonreí en respuesta.
— Así me gusta, que sonrías Juls, ahora vamos a divertirnos.
Caminamos de la mano a la entrada y yo no podía sentirme más feliz, Valentina es hermosa.
Compró los boletos y entramos. El lugar era una locura: habían personas comiendo algodones de azúcar, palomitas, banderillas; había gente con sombreros llamativos, pelucas, gafas y muñecos gigantes; habían personas que se veían pálidas, medio verdes y otras eufóricas. Las luces, los colores, la música, todo era increíble.Me quedé admirando el lugar hasta que sentí la mirada de Valentina sobre mí.
— ¿Te gusta Juls?
— ¡Si! Es increíble. ¿Ya viste a ese señor con esa máscara? — lo señalé. — y mira el tamaño de ese oso de peluche, ¡es enorme! — ¿Ya viste los algodones de azúcar? ¡Tienen formas!
Valentina me sonreía como nunca había visto, con algo parecido a la ternura.
— Me alegra que te guste ¿A qué juego quieres subirte primero? ¿Qué tal ese?
Señaló una montaña rusa como con diez giros y una caída alta y empinada. Abrí los ojos y negué lentamente. Valentina empezó a reírse.
— Bueno, Bueno... ¿y ese? — Señaló una especie de juego con unas tazas que giraban a máxima velocidad, la gente se veía verde saliendo de ahí, así que volví a negar.
— Eso...¿Qué es?— señalé una casa que se veía vieja y abandonada.
— Es la casa de los sustos. ¿Quieres ir?
La miré extrañada.
—¿Sustos? No creo que puedan asustarme...Valentina me tomó de la mano y tiró de mí hacia la entrada del juego.
—Se me olvidaba que usted tiene protección divina hermana...
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Give me Strength
FanfictionTras ser culpada injustamente de un crimen, Juliana es ingresada a un reformatorio juvenil. Al salir, encuentra refugio en el convento Del Sol, un lugar dedicado a ayudar a niños en situación de calle. Años después de dedicarse a la labor, decide...