XXXIII

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Juliana

¿Segura que es buena idea sacar este cacharro a la carretera? - Luisa le preguntaba a Valentina, mientras le ayudaba a subir una maleta al mustang azul.

¿Estas de broma? Mi bebé es una máquina maravillosa. - La rubia volteó los ojos mientras yo miraba divertida la escena.

No podía creer que iba a tener dos días a Valentina solita para mí.

Juls - Me miró la ojiazul. - Olvidé una maleta en la casa ¿Crees que podrías ir por ella?

Preguntó un poco apenada; mientras con ayuda de Luisa, intentaba acomodar el equipaje restante, en el maletero del coche.

¿Otra maleta? ¿Están seguras que no se van seis meses?  - Se burló la rubia, mientras se sentaba prácticamente sobre el equipaje para hacerlo entrar.

Val la detuvo y la miró con cara de pocos amigos, mientras yo entraba riendo a la casa.

Subí las escaleras, entré a la recámara de Valentina y no vi nada, sobre el pasillo tampoco. De repente, fijé mi vista en el único lugar de la casa que no conocía. Una puerta blanca que había permanecido cerrada desde que me mudé. Me llené de curiosidad y me acerqué a la habitación, sabía que la maleta no estaría ahí, pero ese era mi pretexto para seguir indagando. ¿Han escuchado una frase que dice: "La curiosidad mató al gato?" Pues eso era justo lo que estaba a punto de pasarme.

Giré la perilla...

<<Cerrada>>

Bufé y me fijé en la cerradura, era una puerta antigua, así que el orificio en donde entraba la llave era grande. Me agaché y pegué un ojo, no se veía prácticamente nada, más que la orilla de una cama cubierta por una sábana, y una encimera. Era difícil ver la recámara completa a través de un agujero tan pequeño.

— ¿Se te perdió algo? - La voz de Luisa me sobresaltó, y casi me caigo de espaldas.
La miré empezando a pensar cómo iba a justificarme, pero no había manera, me había descubierto con las manos en la masa. — Créeme que no hay nada interesante que ver ahí Juliana, esa habitación alberga recuerdos que le hacen mal a Valen, y no creo que a ti te hagan bien tampoco.

¿A mí? ¿Qué tenía yo que ver con los padres de Valentina?
Si la rubia pretendía calmar mi curiosidad, había fracasado, mi intriga aumentó, pero preferí dejar el tema por el momento, ya después averiguaría por mi cuenta, porque tampoco quería presionar a Val a desenterrar recuerdos dolorosos. Asentí con la cabeza, pero Luisa aún me miraba con el ceño arqueado.

Vine a buscarte. La maleta que buscabas, ya está allá abajo, la habíamos enterrado entre las otras. - Emitió una pequeña risa. - ¿Vamos? - Preguntó y empezó a caminar y la seguí.

Cuando llegamos de nuevo a la entrada de la casa, Sergio iba llegando, y estaba saludando a Valentina.
Me acerqué a él y lo saludé con un abrazo breve.

Vaya... ustedes no pierden el tiempo ¿verdad? - Valentina cuestionó a la pareja, y se subió al coche. - Limpian todo heee, no quiero desastres ni fluidos por toda mi casa. - Se burló, y Luisa, que se había quedado en la puerta de la entrada, le enseñó el dedo de en medio. Sergio por su parte no hallaba en dónde esconder la cara.

Luego la ojiazul volteó a verme, con el codo recargado sobre la puerta del auto. Hoy particularmente se veía hermosa y despreocupada. Traía puesta una camisa de mezclilla abierta, con una camisa blanca debajo y unos lentes de sol colgados de su playera. El cabello lo traía amarrado en una coleta floja.

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⏰ Última actualización: Mar 19, 2021 ⏰

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